Decenas de robos registrados en cámaras de seguridad, y la impunidad de siempre

En la región proliferan los sistemas de grabación, que capturan los momentos exactos de un sinnúmero de delitos. Sin embargo, la Policía no consigue dar con los responsables.

En los últimos años, el aporte como evidencia del material fílmico registrado por las cámaras de seguridad se volvió una pieza fundamental para la resolución de hechos delictivos. A diario, este medio refleja diferentes robos en los cuales las imágenes de los ladrones quedan inmortalizadas. Sin embargo, esas pruebas no siempre son bien utilizadas por las fuerzas policiales, que ni aun así logran dar con los responsables.

“Se supone que las cámaras deben ser un aporte clave en materia judicial, ya que en ellas quedan guardados los rostros y los movimientos de los malvivientes durante un ilícito. Pero pese a eso, sobran los incidentes en donde el registro fílmico está, y muchas veces nítido, pero la impunidad también. Ni así pueden dar con los responsables”, se lamentó un vecino en diálogo con Trama Urbana.

Diario Hoy elaboró un listado de atracos en La Plata en donde los hampones fueron filmados, pero, pese a eso, continúan sin ser identificados.

Algunos casos

Yendo del más antiguo al más reciente, del mes pasado a la actualidad, el 4 de agosto un caco entró a la panadería de 19 entre 530 y 531 y, con una pistola, sustrajo el efectivo de la caja y se fue, tal como contó en exclusiva este medio en su momento. Sus acciones fueron filmadas por una cámara privada del comercio, pero eso no ayudó a dar con él.

El martes 11, un delincuente encañonó a una empleada y a dos clientas de un local de 8 y 55, del que escapó con la recaudación y un celular.

El domingo 16 tres incidentes quedaron registrados: en 14 y 82 dos desconocidos se apoderaron de la batería de un auto estacionado, mientras que dos jóvenes se metieron a un edificio de El Mondongo a las patadas, y un hombre a bordo de una camioneta 4x4 se adueñó de las plantas de una vivienda de 447 entre 26 y 27.

Otra cámara en una cuadra —ubicada en 115 entre 608 y 609— captó la secuencia en la que un individuo, a plena luz del día, le quitó a una mujer sus pertenencias, el lunes 17.

Tres días después, dos adolescentes saltaron el paredón de un domicilio de 490, 10 y 11, sin ver que había una cámara particular en ese hogar filmándolos, y se fueron con dos bicicletas. Ya el 21, un motochorro apuntó al trabajador de un kiosco en Cantilo y Centenario, y huyó con los $13.500 de la caja.

El domingo 23, fue la cámara de un edificio de 59 entre 17 y 18 la que grabó el ingreso de un ladrón, tras burlar la cerradura magnética usando la batería de un teléfono, para adueñarse de una bici de $40.000. El mismo día, una filmación en 117 entre 96 y 97 mostró la escena en donde dos motochorros encañonaron a una niña y le pegaron un culatazo a su padre para quitarle el celular. El sábado 29, un hampón hizo de las suyas en una casa de repuestos de 7 y 528, y, 24 horas después, un caco quedó filmado al intentar ingresar a un local de 122 entre 78 y 79.

El 10 de septiembre, dos jóvenes rompieron un portón de un inmueble de 40 y 16 y se llevaron una moto; y en la madrugada de este sábado, un malhechor se apoderó de una camioneta en 62 entre 14 y 15.

Todos los incidentes se destacan por un punto básico: los ladrones se salieron con la suya.

“Se suponía que contar con el servicio de una cámara de seguridad traería justamente eso, seguridad, pero no termina de ser así”, admitió un vocero de la fuerza, a la vez que admitió que “poco puede hacerse” cuando el malviviente “se las rebusca cubriendo su rostro con barbijos o pasamontañas”.

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