Impunidad total

El joven que atropelló y mató al colectivero quiso golpear a la otra víctima

Se conocieron nuevos detalles del accidente en Hernández que le costó la vida al empleado de la línea Oeste, quien pensaba irse a vivir a Magdalena por la inseguridad platense.

Mientras los restos de Jorge Walter Rodríguez (51) fueron sepultados ayer en Magdalena, se conocieron en las últimas horas nuevos detalles del accidente en Hernández que le quitó la vida la madrugada del domingo. Se encontraba a 100 metros de la empresa de micros de la línea Oeste en la que trabajaba y el auto en el que iba fue arrollado por otro, en cuyo interior iban al menos dos jóvenes alcoholizados.

Cristian, la persona que manejaba el Renault 9 donde la víctima viajaba como acompañante y también empleado de la misma firma de colectivos, contó pormenores del brutal suceso, que por el momento no tiene a nadie preso. “No entiendo cómo estoy vivo todavía. Tengo cortes en las piernas y en la cara y una pequeña fractura en la cadera pero tengo la ventaja de estar vivo. Es muy doloroso el momento”, expresó.

En cuanto al conductor del Citroen C4 que los embistió en 31 y 515 (se investiga si años atrás provocó manejando un Falcon otro incidente vial en el que fallecieron dos motociclistas), no dudó en catalogarlo de “asesino” y, por ello, exigió “justicia”.

En cuanto al hecho en sí, narró: “Vivo en Abasto y lo pasé a buscar a Walter como todos los días por la puerta de su casa de La Granja. Llegando a la empresa un Citroen se puso detrás de una moto e hizo zigzag para meterse del otro lado, a la par de un Fiat 147. Vimos el auto, le avisé que nos estaba encarando y maniobré hacia la derecha, que hay un zanjón. El C4 también fue para ese lado y entonces volví para el medio, pensando que se iba a tirar a la zanja. Pero no lo hizo y me encaró porque el 147, que también venía rápido, nunca le dio espacio para pasar, todo esto en tres segundos. Para mí eran conocidos porque venían todos de una fiesta”.

Desesperado, llegó a decirle a Walter: “Este hijo de p… se nos está viniendo encima, ¿qué hacemos?”. Pero, antes de poder reaccionar, se produjo la colisión. “Yo venía subiendo una pendiente, con un Renault 9, por lo que no iba a más de 60 kilómetros”, continuó.

Un asalto y una decisión

Tras el impacto, y el deceso casi en el acto de Rodríguez, se vivieron momentos incomprensibles. Quien lideraba el Citroen (finalizó con golpes menores). “Quiso pegarme y me agredió verbalmente Ey, gato, mirá lo que me hiciste”, aseguró Cristian que le dijo, para después contar: “Dentro de ese vehículo vi una botella de champán, el auto estaba impregnado en alcohol. Esto no puede quedar así. No quiero llorar más, quiero justicia por Walter, quien era mi amigo desde hacía 12 años. Lo último que escuché de él fueron los quejidos antes de la muerte”.

La víctima, padre de cuatro hijos de entre 21 y dos años y también chofer de Uber, “tenía pensado irse a vivir a Magdalena desde que hace unos días asaltaron a dos de ellos, a mano armada y en la puerta de su casa. Después de terminar su turno el domingo, se iba a juntar con nosotros para hablar de la mudanza”, relató la hermana de Walter.

Una vida dedicada a los hijos

“Walter trabajaba desde las 4 de la mañana hasta el mediodía, porque tenía que volver para darles de comer a los dos nenes que tiene y llevarlos a la escuela. Ahora no sé qué va a pasar con ellos, porque tampoco tienen a su madre”, contó la hermana del colectivero fallecido en el accidente. Aseguró que van a pedir la tenencia, pero entendió que los tiempos de la Justicia son lentos.

Tanto ella como el resto de la familia de la víctima piden la detención del conductor del Citroen C4 que causó la tragedia, y que por el momento se mantiene libre tras haber declarado ante la UFI número 10 de Delitos Culposos. Tiene una causa en su contra por “homicidio culposo” y pese a que se negó a que le saquen sangre para constatar si estaba ebrio, sigue libre.

Una familia marcada por la tragedia

El 14 de marzo de 2009, un hermano de Walter también murió en un accidente de tránsito que tuvo lugar en Magdalena y contó con ribetes cinematográficos.

Marcelo Rodríguez era personal desde hacía cinco años del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y junto a un oficial, un suboficial principal, un cabo y un cuarto uniformado trasladaban a un preso desde un hospital platense hasta la Unidad 36 de Magdalena. Iban en una camioneta Ford Ranger del SPB y al llegar al kilómetro 15 de la Ruta 11 el interno intentó fugarse, y aún estando esposado (aunque con las manos por delante y no por detrás), pretendió ahorcar al conductor del vehículo. Este terminó haciendo una mala maniobra y chocó contra un camión que venía de frente.

El impacto fue tan bestial que tres de los numerarios fallecieron prácticamente en el acto, mientras que el reo lo hizo mientras era trasladado en una ambulancia al policlínico San Martín de La Plata. El suboficial recibió heridas de consideración, contusiones múltiples y quebraduras, pero salvó su vida, mientras que el otro compañero suyo solo sufrió lesiones menores.

En tanto, los dos tripulantes del vehículo restante también fueron hospitalizados y se recuperaron con el tiempo.

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