El Mondongo: volvía a su casa con su novia y lo apuñalaron para robarle

Dos delincuentes los interceptaron a dos cuadras de su hogar y, como se negó a entregarles su bolso, uno de los ladrones le aplicó varios puntazos.

Un joven sufrió un violento robo en el barrio El Mondongo mientras estaba volviendo a su casa junto a su novia. Cuando apenas faltaban dos cuadras para llegar, fue interceptado por dos delincuentes que se movilizaban en motocicleta y, como se resistió al asalto, uno de ellos sacó un arma blanca de entre sus ropas y le aplicó varios puntazos en el cuerpo.

El hecho ocurrió durante la noche, unos minutos pasadas las 22, en la zona de las calles 119 entre 66 y 67. Momentos antes, la víctima estaba acompañada de su padre en la terminal, pero como se había olvidado el documento tuvo que regresar a su domicilio a buscarlo. Poco después, debido a que el tiempo lo apremiaba y no consiguió ningún taxi, decidió ir caminando hacia su hogar.

Su pareja lo acompañó en el trayecto, pero a pocas cuadras de llegar aparecieron dos motochorros, quienes los sorprendieron y uno de ellos descendió rápidamente del rodado, dirigiéndose hacia ellos. Con total agresividad, el ladrón les exigió que le entregaran todo lo que tenían y el primer reflejo del damnificado fue cubrir a su novia, dejándola atrás y poniéndose él por delante.

A pesar de la violencia con la que actuaron los malvivientes, el joven se resistió al robo y se negó a darles el bolso en el que tenía algunas de sus pertenencias. Ante esta situación, se produjo un forcejeo y en medio de los empujones, uno de los hampones le arrancó la riñonera y, decididamente a no entregársela, la víctima volvió a agarrarla.

Lo apuñalaron con un arma blanca

Temiendo que pudieran agredirlos a ambos, su novia le pidió que les diera todo mientras que, lejos de deponer su actitud, los delincuentes los embistieron con más crudeza. Uno de ellos empuñó un arma blanca que portaba y le dio dos puntazos en el cuerpo, pero los tironeos no cesaban y el damnificado continuaba resistiéndose al asalto.

Luego, el motochorro volvió a atacarlo con una especie de cuchillo y ahí sí el damnificado finalmente cedió y les entregó el bolso, que en el interior tenía varias prendas de ropa. Con el botín en su poder, los dos ladrones se dieron a la fuga en la motocicleta con dirección hacia la calle 67, perdiéndose entre las calles del barrio sin dejar rastros.

Poco después, cuando el joven llegó a su casa comenzó a sentir dolores en el abdomen y al levantarse la remera se percató de que tenía varias heridas cortantes producto de las puñaladas recibidas. Una de las lesiones fue a unos centímetros del pecho, por lo que, si el puntazo hubiera sido más profundo, podría haberle causado la muerte.

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