En “tensa calma”: así se encuentra hoy el Instituto Almafuerte tras el motín

La revuelta fue informada en exclusiva por este medio. Los internos usaron facas y púas para mantener retenido a un celador. Se filmaron con un celular.

Tensa calma”. Así calificaron los voceros consultados por Trama Urbana el estado actual dentro del Instituto de Menores Almafuerte ubicado en Abasto, luego de que durante la noche del domingo y parte de la madrugada del lunes se vivieran momentos de extrema tensión y terror con el amotinamiento de parte de sus reclusos, quienes, además de copar un sector del establecimiento armados con facas y púas, tomaron como rehén a un trabajador.

El conflicto, informado en exclusiva por diario Hoy en su edición anterior y que luego tomó amplia repercusión, se desató cerca de las 22 del domingo en el establecimiento de 520 entre 182 y 183, cuando 15 internos en conflicto con la ley penal y alojados en el pabellón izquierdo del edificio se las ingeniaron para capturar a un celador. Amenazándolo con las mencionadas armas de fabricación casera típicas dentro de las cárceles, no tardaron en hacer sus pedidos, que fueron de menos a más, según se explicó.

“Comenzaron exigiendo el regreso de las visitas de sus familiares y allegados, que fueron suspendidas a raíz de la pandemia de coronavirus, y en ese sentido también reclamaron que se activara el protocolo de coronavirus y que se mejoraran las condiciones de alojamiento”, le contaron a este medio. Sin embargo, pronto los implicados fueron por más y pidieron también “celulares, cigarrillos, fuego y hasta la liberación de todos ellos”.

“Tenemos todo tomado”

Uno de los momentos más calientes se dio cuando pidieron cambiar un rehén por otro, aunque finalmente liberaron al hombre de 42 años retenido desde el inicio del motín, y a cambio recibieron al menos un celular.

Desde el dispositivo los implicados se filmaron, impunemente, y este diario obtuvo en exclusiva ese material: “Acá, tranqui con los pibes en el Almafuerte. Tenemos todo tomado”, dice uno, y otro arenga: “Estamos haciendo un poco de ruido”. Un tercero fue más allá: “A tu compañero te lo atamos como a un chancho y le damos raya”.

Finalmente todo terminó luego de la intervención del juez de Garantías del Fuero Penal Juvenil 2, Guillermo Marcenaro, y del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, además de las autoridades de Niñez.

En cuanto al trabajador de minoridad retenido, tuvo que ser asistido por los profesionales médicos que acudieron en una ambulancia, ya que se hallaba en estado de shock y le había bajado la presión. Sin embargo, se encontraba en buen estado de salud.

Cabe aclarar que, pese a ser un instituto de menores, no todos los causantes de la revuelta lo eran: por el contrario, 13 de los 15 son mayores de entre 18 y 21 años (los restantes, dos de 17 y uno de 16), pero todavía permanecen allí alojados, mostrando a las claras los problemas del sistema.

En tanto, controlada la situación, las autoridades del lugar llevaron a cabo una exhaustiva requisa para cerciorarse de que no hubiera más facas ni elementos peligrosos.