España: causa por tráfico de drogas, la Justicia ordenó excarcelar al copiloto Matías Miret

Desde hace casi dos años está detenido en Barcelona junto a los hermanos Eduardo y Gustavo Juliá por el tráfico de casi una tonelada de cocaína a España.

La decisión fue informada hoy por la esposa de Miret, Agustina Conil Paz, quien explicó que la libertad fue otorgada por la Audiencia Provincial 8va., la misma que la semana pasada realizó el juicio oral por el caso, según informó la agencia Télam.

"El hecho que le den la libertad viene de la mano de la absolución. El abogado nos explicó que en España, cuando el tribunal tiene una decisión firme y saben que lo van a absolver, no lo hacen esperar hasta la lectura de la sentencia y lo liberan", contó Conil Paz vía telefónica desde Barcelona.

La noticia de la liberación y el alivio de la familia

La mujer aseguró que la noticia se la comunicó el propio Miret llamándola desde la cárcel modelo de L`Eixample de Barcelona, donde desde hace casi dos años cumplía prisión preventiva luego de ser detenido el 2 de enero de 2011 en el aeropuerto El Prat.

"Primero me hizo una broma, me preguntó si sabía algo y me dijo que había venido una oficial de justicia a decirle que la cosa venía mal, pero después me empezó a gritar que le daban la libertad y que se había terminado la pesadilla", relató.

Conil Paz señaló que por lo que le dijo su marido, "hoy sale seguro", pero que la libertad podía demorar algunas horas "hasta que culminen una serie de trámites internos".

"Estábamos seguros de que esto tenía que pasar porque el juicio fue totalmente favorable para Matías. Se demostró que él no estaba enterado de nada, que lo llamaron a último momento para que sea copiloto del avión y que no tiene ninguna relación con el narcotráfico", afirmó la mujer de Miret.

Miret, el más beneficiado de la causa

De los tres argentinos juzgados, en el juicio, Miret fue el más beneficiado por los principales testigos de la causa, que fueron los dos efectivos de la Guardia Civil española que requisaron el avión y encontraron la droga.

Los guardias contaron al tribunal que mientras los Juliá se pusieron muy nerviosos al ver operativo, Miret estaba tan tranquilo que hasta jugó con uno de los perros antinarcóticos y que, cuando apareció la droga, quedó tan sorprendido que pensó que le estaban haciendo "una broma con cámara oculta".

Estos efectivos comprometieron a Gustavo Juliá, dueño del avión, al relatar que al momento del hallazgo se hizo responsable de la cocaína, que antes de que terminara la inspección les indicó otros lugares donde había más droga y que les pidió disculpas a su hermano y a Miret por haberlos involucrado.

"La declaración de los guardias fue clave para demostrar que mi marido no tenía nada que ver con la droga. Lo mismo pasó con las computadores y los celulares de mi marido y con las conversaciones registradas en la caja negra del avión que acreditan que Matías no sabía nada de la cocaína", resaltó Conil Paz.

El juicio y la sentencia

El 5 de diciembre, al concluir el juicio, el fiscal catalán David Benages solicitó 13 años de prisión y una multa de 140 millones de euros tanto para Miret como para los hermanos Juliá, hijos del ex brigadier José Juliá, quien ocupó la jefatura de la Fuerza Aérea Argentina entre 1989 y 1993.

Los tres argentinos están presos desde el 2 de enero de 2011 cuando aterrizaron en el aeropuerto El Prat de Barcelona con un jet Bombardier Challenger 604 donde la Guardia Civil española descubrió 944,5 kilos de cocaína.

Tráfico de drogas: Argentina-España

La droga estaba oculta en el interior del tapizado de un sofá cama y en los huecos de un armario refaccionado y en el avión sólo viajaban el piloto, que era Eduardo Juliá, el copiloto Miret y Gustavo Juliá como único pasajero.

Según el fiscal Benages, la cocaína incautada resulto ser de "una pureza media del 83 por ciento" y "hubiera alcanzado en el mercado clandestino un valor 32.116.778 euros".

Entonces, acusó a los tres imputados de cometer "un delito contra la salud pública en su modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud, con la circunstancia de extrema gravedad por el uso de una aeronave como medio de transporte específico".

Los tres imputados se defendieron en el juicio y se declararon inocentes pero con distintas estrategias.

El más comprometido en la causa es Gustavo Juliá, quien a través de un contrato de "leasing" era el responsable del avión, se defendió diciendo que desconocía la existencia de la cocaína y le apuntó a un empresario español que lo había contratado para trasladar obras de arte, documentos bancarios y empresarios a España en vuelos privados.

Dijo que a pedido de este empresario, tres personas refaccionaron  en el aeródromo de Morón el interior de la aeronave quitando butacas para instalar el sofá cama donde luego apareció la droga.

Su hermano Eduardo y Miret también se defendieron diciendo que desconocían la existencia de la droga y que sólo habían sido contratados como pilotos.

Todavía no se fijó una fecha exacta, pero la Audiencia Provincial Sección 8 anunció que dará a conocer su fallo en esta causa el mes próximo.