Le apuntaron en la cabeza, lo tiraron al piso y le robaron la bicicleta
Un ciclista sufrió un brutal asalto en Arturo Seguí por parte de dos motochorros, que a punta de pistola le sustrajeron el vehículo.
Un violento asalto tuvo lugar en las últimas horas en la localidad de Arturo Seguí, en el que un hombre fue abordado por dos motochorros, quienes a punta de pistola lo tiraron contra el suelo y le robaron su bicicleta. Los episodios de este tipo se repiten casi a diario y crece la preocupación de los vecinos por una creciente ola de inseguridad en la zona.
El hecho se registró durante la tarde, y si bien fueron pocos los segundos que duró el ilícito, la tensión se sintió al máximo. Según la información a la que accedió diario Hoy, mientras la víctima iba circulando por la calle, dos sujetos se le pusieron a la par y uno de ellos sacó un arma de fuego entre sus pertenencias y comenzó a amenazarlo.
Como el damnificado en un principio se resistió al robo y se negó a frenar su marcha, uno de los delincuentes le apuntó directamente en la cabeza y amagó con gatillar. El propio ciclista comentó el brutal episodio mediante su cuenta en las redes sociales y detalló que, “como demoraba en detenerme, directamente me tiraron con la moto al piso”.
Ya con la víctima tendida en el suelo, los malvivientes le arrebataron el rodado de color negro y con la inscripción “Venzo” en el cuadro, le sustrajeron el teléfono celular y demás equipamiento que llevaba dentro de la alforja. En la misma publicación de Facebook, solicitó la ayuda de la comunidad platense para poder recuperar lo robado.
Los vecinos relataron que en el barrio se vive una creciente ola delictiva, y los asaltos de estas características son una constante. Uno de los frentistas detalló que el modus operandi de los ladrones es esperar a que quienes circulan con sus bicicletas den la vuelta por la Ruta 2 y, al entrar nuevamente en Arturo Seguí, interceptan a sus presas: “No hay que andar solo nunca, la cosa está difícil”, remarcó.
Hasta el momento se desconocen datos certeros acerca de los delincuentes y, a pesar de que el hecho sucedió a plena luz del día, no hay testigos. Por lo pronto, mientras los cacos continúan prófugos, crece la preocupación por parte de los ciclistas, que desde hace varias semanas vienen sufriendo episodios de esta naturaleza y no pueden salir a pedalear tranquilos.