“Lo llevo como puedo”

La sobreviviente del ataque en Punta Lara, en el que fue asesinada la estudiante de Medicina Emma Córdoba, en julio último, habló por primera vez ante la Red 92

Sufrió una agresión brutal, que incluyó un ataque sexual y la tentativa de homicidio en una casa de Punta Lara. Sobrevivió, suerte que no pudo correr su amiga Emma Córdoba (26), quien fue asesinada. 

Dos meses y medio después, A. G. (25), tras ser víctima de uno de los hechos más macabros de los últimos tiempos en nuestra región, dio su primera nota ante la Red 92. 

“Estoy bien, tratando de llevar todo como se puede y metiéndole pilas. Estoy muy agradecida al Hospital Cestino (donde estuvo internada después del suceso). Se portaron excelente conmigo”, relató. 

Acerca de la causa, que tiene como único imputado a Ariel Osvaldo Báez (23), quien era vecino de Emma en 126 entre 5 y 7, detalló: “Trato de mantenerme informada para ver cómo van avanzando las cosas en la causa pero, a su vez, no me meto demasiado”. Acerca de la posible fecha del debate oral y público al que será sometido el presunto femicida, indicó: “No me hablaron de plazos, pero sí me dijeron que cuando termine la etapa de las pericias se va a ir a juicio”.  

El miércoles pasado, en la Facultad de Medicina de 120 y 60, a la que concurría Emma, se llevó a cabo un homenaje en el que los estudiantes organizaron una jornada sobre violencia de género. A. G. (este medio no la identifica debido al delito sexual del que fue víctima) estuvo allí, para recordar a su amiga y estar también con sus allegados. 

“Estuve un rato presente con la familia de Emma. Fue bastante emotivo, muy lindo e interesante”, dijo.

Asimismo, aseguró: “Por lo general mantengo contacto con ellos y se los ve bien dentro de todo. Es una familia muy fuerte”. 

Un femicidio brutal

Como Trama Urbana publicó en diferentes ediciones, el hecho se materializó entre la última hora del 7 y las primeras del 8 de julio, en la vivienda de Punta Lara donde residía Emma. Allí, la fiscalía asegura que Báez ingresó, amenazó a ambas chicas, que se encontraban estudiando, y las sometió a todo tipo de torturas, que incluyeron abuso sexual, golpes y quemaduras. Tras asesinar a Emma y creyendo que A. G. también estaba muerta, el hombre se dio a la fuga, pero fue capturado horas después, cuando descansaba en su casa junto a su bebé y su mujer. Desde entonces, se encuentra detenido. 

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