Marita Verón: polémica absolución de los acusados
La Justicia tucumana no condenó a nadie por el secuestro y sometimiento a la prostitución de la joven. La madre calificó de delincuentes a los jueces.
Marita Verón se quedó sin justicia. Luego de diez años y ocho meses de su secuestro y desaparición, culminó anoche el proceso oral y público que se siguió en Tucumán desde febrero. El tribunal dio a conocer un esperado veredicto que desilusionó a la querella, ya que absolvió a los trece acusados: María Azucena Márquez e Irma Medina, sus hijos José Fernando “Chenga” Gómez y Gonzalo “Chenguita” Gómez, Pascual Andrada, Humberto Derobertis, Carlos Luna, Mariana Bustos, Daniela Milhein, Alejandro González, Víctor Rivero, María Rivero y Cinthia Gaitán.
El polémico fallo fue repudiado por familiares de la víctima, y calificado como “vergonzoso” por funcionarios de las áreas de Derechos Humanos y Políticas Criminales.
Los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano dieron a conocer el fallo cuatro horas después del horario fijado originalmente y absolvieron a todos los acusados tras lo cual se escucharon insultos y llantos.
La sala dos de la Cámara penal de Tucumán tampoco hizo lugar a la demanda civil y fijó para el día 18 de este mes la difusión de los fundamentos.
La lectura del fallo, ayer, debió interrumpirse por los gestos de desaprobación de los allegados a Susana Trimarco, madre de Marita, y los gritos de los acusados y sus familias.
“Fue un acto de corrupción”, aseguró José Dantona, abogado de Trimarco, ni bien se conoció la sentencia del Tribunal y manifestó que “necesitaban tiempo” para leer el fallo con detenimiento y resolver los próximos pasos.
El veredicto llegó tres días antes de que Marita Verón cumpla los 34 años. No se sabe si está viva en algún lugar del país o del extranjero. Lo único seguro es que nadie puede celebrar nada. La madre de la joven desaparecida hace 10 años estaba profundamente compungida luego de la lectura del fallo y se retiró en una camioneta, acompañada de sus abogados y con el apoyo de centenares de personas que esperaban condenas para los acusados.
Luego, ante la prensa, Susana expresó que “estoy más fuerte que nunca. Hoy culmino una etapa de mi vida pero mañana continúo con la lucha para encontrar a mi hija”.
“Estos tres jueces son una vergüenza para Tucumán y para el pueblo argentino. Son estafadores y delincuentes y voy a bregar para que los sometan a juicio político”, afirmó Trimarco.
La madre de Marita recordó que “en el juicio se conocieron pruebas suficientes como para condenar a los 13 imputados, pero como me lo anticipó días atrás un funcionario judicial en una carta anónima, los jueces recibieron plata, mucho dinero, para no fallar en contra de ellos”.
Susana precisó que allegados a los imputados se burlaron de ella. “Con la plata que ganan con tu hija le pagan a los jueces”, le mandaron en un mensaje.
Respecto a Micaela, la chica de 14 años, hija de Marita, Susana explicó que “está muy mal con esta resolución. No para de llorar. Pero yo estoy fuerte. Tengo duro el corazón y voy a retomar la lucha para que se haga justicia”.
“No se olviden que me quedé sola con mi nieta luchando contra las mafias, y con ese amor inmenso que siento por mi hija, porque la amo con todo mi corazón. Digan lo que digan y hagan lo que hagan, no voy a descansar hasta encontrarla”, afirmó Susana Trimarco.
El juicio, de gran repercusión nacional e internacional, se convirtió en uno de los casos más emblemáticos contra la trata de personas.
La lectura de la sentencia fue sólo sobre la parte resolutoria, mientras los fundamentos serán conocidos en una semana. A la indefinición sobre el destino de la joven se suma la inexistencia de pruebas materiales sobre sus periplos.
A lo largo de las deliberaciones quedaron expuestas, además, las deficiencias en la investigación policial y judicial en este caso y los vínculos con políticos, que afectó el resultado de toda pesquisa y se estima que puede derivar en la apertura de nuevas causas penales.
Micaela, la hija de Verón -quien tuvo que soportar las burlas de los acusados-, no estuvo presente durante la lectura del veredicto ya que el tribunal no le permitió ingresar en la sala por ser menor de edad.
En el proceso por encontrar a su hija, Susana pudo rescatar a 129 mujeres víctimas de trata.
Marita Verón desapareció el 3 de abril de 2002. Salió de la casa de su madre, en el Barrio El Bosque, rumbo a la maternidad. El comisario Jorge Tobar y el padre de Marita, Daniel Verón, afirmaron que una prostituta les dijo que a la joven la vendieron a La Rioja.
En foco
Una provincia manejada por el feudalismo K
El escandaloso fallo que se dio ayer en Tucumán es una cabal muestra de cómo se mueve el poder feudal que, en la cabeza del ultrakirchnerista José Alperovich, gobierna esa provincia.
La esposa de Alperovich, Beatriz Rojkes, es senadora nacional y se encuentra en la línea de sucesión presidencial en su condición de presidenta provisional de la Cámara alta, manteniendo una estrecha relación con CFK.
Alperovich maneja la justicia de su territorio con mano de hierro. Por eso, prácticamente no ha avanzado ninguna causa relativa a causas de corrupción que salpiquen al poder político de esa Provincia. No por casualidad, Carlos López, un secretario del juzgado V provincial, no fue designado como juez por haber formado parte de la única investigación que involucró al gobernador.
“Rendí ocho exámenes y en varios terminé primero, pero no me eligen. Ellos aducen que el gobernador tiene discrecionalidad de elegir. No sé exactamente cuál es el requisito de mi persona para poder ser elegido”, declaró López.
El gobernador tiene el apodo de zar y maneja su administración como si fuese una familia, lo que llevó a numerosos parientes suyos fueran ubicados en cargos estratégicos del Estado provincial.