Pidieron la preventiva para el hombre que prendió fuego a otro en la estación de trenes

Para el fiscal de la causa, el salvaje actuó con alevosía y ensañamiento, con el único propósito de darle muerte a la víctima, que descansaba sobre un colchón.

El hombre de 34 años que prendió fuego a otro a metros de la estación de trenes de La Plata vio todavía más comprometida su situación ya que el fiscal de la causa pidió ayer su prisión preventiva, que ahora deberá determinar el Juzgado de Garantías. De ser avalada, como se especula, llegará a juicio en prisión, mientras que la víctima continúa internada en un centro médico con gravísimas quemaduras.

Tal como este diario publicó, el suceso tuvo lugar a las 22 del 4 de septiembre, cuando el implicado entró a un bar de 42 entre 1 y 2, con una bolsa que al parecer llevaba verduras dentro. Borracho, co­menzó a molestar a los presentes y fue echado. Entonces enfiló hacia 1 y 42, vio a un indigente recostado en un colchón y sin mediar palabra le tiró alcohol y lo incineró. La víctima fue asistida por transeúntes, que apagaron las llamas, y fue trasladado de urgencia hasta el Policlínico San Martín, donde fue acomodado en Terapia Intensiva bajo un cuadro “crítico”.

El salvaje fue arrestado en 1 y 48 por agentes de la fuerza, a quienes también llegó a volcarles el líquido que tenía dentro de una botella con rociador.

Testimonios claves

Gracias a las declaraciones de los testigos, el titular de la UFI número 6 Marcelo Romero pudo avanzar en el expediente hasta demostrar la autoría del sospechoso, a quien lo acusa del delito de “tentativa de homicidio doblemente agravada por haber sido cometida por alevosía y ensañamiento”.

En cuanto a la segunda de las figuras legales, explicó que la utilizó porque “usar el fuego para dar muerte lleva inherente un aumento extremado de sufrimiento”, mientras que la alevosía tiene que ver con que actuó sobreseguro debido a la nocturnidad y a que el perjudicado estaba desprevenido. Narró que la situación de indigencia le podría haber permitido ver que se acercaba alguien pero eso es algo habitual para ellos al estar en la calle, por lo que “no es una situación extraordinaria que amerita una posible defensa”. Además, añadió que estaba acostado en el colchón y las posibilidades de defensa eran mínimas.

En resumen, determinó que el criminal “aprovechó la nocturnidad y la indigencia, y en forma intempestiva y actuando sobreseguro intentó causarle la muerte al rociarlo con un líquido incoloro e inflamable para luego con un encendedor prenderle fuego, con el objeto de causarle un deliberado sufrimiento y padecimiento”.

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