Policía intimidó a la familia de Lito Costilla mientras pintaban un mural

Tres patrulleros se acercaron de manera prepotente a intentar confiscar los elementos a familiares del joven asesinado el 7 de octubre del 2020 en Tolosa.

Familiares y amigos de Néstor Ramón "Lito" Costilla denunciaron que dos patrulleros de la Policía y uno de Control Urbano los intimidó mientras pintaban un mural en 4 y 44 del joven asesinado el 7 de octubre del 2020 en Tolosa. 

Ocurrió el domingo. "Empezamos a las 11 hs y a las 19 hs cuando ya estábamos terminando y éramos cuatro aparecen tres móviles y un sargento nos acusa de vandalismo y nos dice que debemos dejar de pintar ya", relató Daiana, la hermana de Lito a Diario Hoy. Acto  seguido, una de las chicas se efectúa a terminar de pintar la sombra de las dos letras que falta y el efectivo le mueve el andamio: "Se pudo haber caído tranquilamente".

"Ahí nos alteramos por cómo nos estaban tratando. Ellos nos decían que nos vieron por las cámaras y por eso denunciaron. Le dijimos que las cámaras no tomaban cuando ellos doblan en U y con el semáforo en rojo, que estuvimos todo el día ahí y vimos varios patrulleros hacer lo mismo. Ahí bajaron un cambio", contó la activista.

El mural se estaba realizando sobre una pared que mostraba signos de abandono y que a lo largo de ella ya se habían pintado murales en memoria de Tehuel y Jorge Julio López.

El caso de Costilla

El 7 de octubre de 2020, Néstor “Lito” Costilla, de 28 años y padre de cinco hijos, llevó a un amigo en moto hasta su casa en diagonal 74 y 119. Cuando llegó, llamó a su familia para decirle que habían llegado bien y que “pegaba la vuelta”. 20 minutos más tarde, una vecina llamó al celular de la madre del joven para avisarle que su hijo estaba tirado en la calle 524, entre 120 y 121, a solo cuatro cuadras de su casa.

La primera versión oficial fue que Costilla circulaba a alta velocidad y perdió el control de su moto Honda Wave. Cuando la familia llegó al lugar, los policías Damián Antonio Aquino, Mauricio Rodríguez Medina y Sergio Ceferino Martínez aseguraron que el joven agarró un pozo a alta velocidad y cayó al suelo. La explicación, sin embargo, no convenció a nadie, porque la víctima era repartidor en una parrilla ubicada en el cruce de 120 y 530 y conocía la zona a la perfección.

Al día siguiente, vecinos y testigos le dijeron a la familia que, antes del “accidente”, Lito era perseguido por la Policía. Su hermana Daiana fue uno por uno a los comercios de la zona, les pidió que le mostraran las cámaras de seguridad y se encontró con que antes de morir Lito había sido perseguido por dos motos de la Policía -una con dos agentes y otra con uno- que iba sin luces.

En las imágenes se ve como desde la rotonda de 120 salen dos motos con tres efectivos policiales en contramano, y cuando llegan hasta 525 y 120 apagan las luces de los vehículos. Lito sigue hasta 122, da la vuelta y se encuentra con que lo estaban esperando. En 524 lo encerraron y ahí es donde estaba su cuerpo cuando su familia llegó. Justo en esa calle no había cámaras, pero sí testigos. Las primeras pericias señalaron que “hubo una fuerza externa contundente que hizo separar el cuerpo de su moto”.

La familia supo entonces que los tres policías de la persecución -identificados como Damián Aquino, Sergio Martínez y Mauricio Rodríguez- eran quienes habían dado aviso de un supuesto accidente.

Los familiares de Lito detallaron que los peritos detectaron que él iba a 30 kilómetros por hora como máximo, hecho que no se condice con el estado del cuerpo y su distancia de la moto. En ese sentido, tanto el perito oficial de la fiscalía, uno de parte y otro que sumó la familia, coincidieron en que el joven fue golpeado y que los baches existentes en la cuadra no pudieron ser la causa de su accidente.

El mismo informe concluyó que una “fuerza externa contundente” lo embistió de derecha a izquierda y que la posición en la que fue encontrada la moto “no es causal del mismo” impacto.

Desde la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad decidieron separar de sus cargos a los tres agentes, por lo que ya no pertenecen a la fuerza policial y son investigados por la Justicia.

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