Reina la impunidad tras los brutales robos que conmocionaron a los platenses
Los agentes policiales de dos comisarías diferentes no logran dar con los ladrones que se apoderaron de más de $600.000 y agredieron a un joven discapacitado.
Agentes de la Policía platense continuaban buscando hasta el cierre de esta edición a los responsables de los tres salvajes robos que conmocionaron a la ciudad, tanto por la brutalidad empleada como por las armas utilizadas y el botín obtenido.
Sin embargo, los numerarios de la comisaría Decimoquinta y sus pares de la Cuarta nada saben acerca de los hampones, quienes permanecen prófugos pese a la cantidad de horas transcurridas.
Los cuatro intrusos que irrumpieron a la 1.30 del lunes en el barrio cerrado Haras del Sur I, ubicado en el kilómetro 69 de la Ruta 2, a la altura de Lisandro Olmos, siguen sin siquiera ser identificados, mientras el malestar en el country crece conforme pasa el tiempo. No solo apuntan a la deficiente actuación de la seccional actuante, sino también a la empresa que maneja la seguridad del lugar.
En ese sentido, se preguntan cómo pudieron hacer los ladrones para ir de una casa asaltada a otra dentro del predio (la separan 400 metros) sin llamar la atención, y disponiendo de una gran cantidad de tiempo. Se calcula que estuvieron más de una hora y media dentro, sin que nadie notara nada. Para mayor disgusto, trascendió que “de las cámaras de seguridad del lugar solo funciona la del ingreso”.
Así, lo único certero que tienen los pesquisas es que los implicados se movilizaron a pie dentro del country, pero desconocen en qué llegaron. También saben que usaron un arma larga y otra corta con silenciador, mientras que ellos iban con guantes y rostros cubiertos. En tanto, si bien uno de los alambrados perimetrales tenía un agujero, el mismo es de tamaño tan pequeño que difícilmente pudieron haberse colado por ahí. Paralelamente, se analiza si los cacos –que huyeron con más de $200.000, joyas y otros elementos de valor– contaron con un entregador.
La Loma
Entregador que sí habría existido para perpetrar el robo en el domicilio de un contratista de 42 entre 29 y 30, a quien le sacaron los $400.000 que tenía para pagar sueldos. En este caso, actuaron dos malhechores armados, de los que nada se sabe.
Tampoco nada se sabe del solitario ladrón que arremetió contra una familia de 36 entre 21 y 22. Amenazándola con un cuchillo, tiró de la silla de ruedas a un joven con parálisis cerebral, rompió la puerta de una habitación para sacar de adentro a una chica y obligó a la propietaria del lugar a maniatar a su esposo.
Pese al relevamiento de cámaras de seguridad de la zona, no hubo avances en las causas.