Se entregó uno de los prófugos del instituto

Se trata de un menor de 17 años, que estaba encerrado por un homicidio. Por consejo de su familia, repuso su conducta. Fue trasladado a un centro cerrado fuera de La Plata

Tiene 17 años y estaba encerrado en un instituto de Abasto por un homicidio perpetrado tiempo atrás en Lomas de Zamora. Fue uno de los seis que se fugaron del establecimiento durante la noche del sábado, y ayer decidió entregarse, a pedido de su familia, que temía por su integridad. 

Fuentes policiales informaron que se trata del individuo cuyas iniciales son DER, un menor nacido el 19 de julio de 1998, quien fue por sus propios medios al fuero de responsabilidad penal juvenil de Lomas, poniéndose nuevamente en manos de la Justicia y siendo derivado a un centro cerrado, pero “fuera del ámbito de La Plata”, anunció un pesquisa. 

Por otra parte, el resto de los fugados continúan siendo buscados, aunque no hubo mayores novedades sobre su paradero. 

Graves críticas 

Alejandro, un exempleado del instituto Gregorio Araoz Alfaro, emplazado en 520 casi ruta 2 que se convirtió en noticia el pasado sábado, contó que “el problema general es la seguridad policial que tenemos. No­sotros somos empleados de la Secretaría de la Niñez, empleados públicos como cualquiera, sin armas. En el momento del ataque armado había dos policías cuidando el perímetro”. Pero destacó y criticó que “no hay comunicación interna entre ellos y los celadores, por lo que no se enteraron de nada hasta que vieron salir a los fugados”. 

Además mencionó que “esta inseguridad viene de larga data, pero esto rebalsó el vaso. No tenemos seguridad nosotros ni los menores. Los mismos agentes de la comunal se quedaron encerrados… fue grave. Nosotros no somos personal de seguridad, sino empleados administrativos”. Además, denunció que ya a uno de los rescatados habían intentado sacarlo a la fuerza “la semana pasada, durante un traslado”.  

Dijo también: “Tuvimos una reunión con personal de la Secretaría de la Niñez y se comprometieron a poner cámaras y garitas en todo el predio para mejorar la seguridad, además de una comunicación interna entre celadores y policías. El martes nos volvemos a juntar”. 

Por último, aseveró que los efectivos de la fuerza “no quieren venir a hacer horas extras, porque cobran mucho menos que, por ejemplo, en un banco”. 

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