Siguen los robos en La Plata: ahora le tocó a otro repartidor y a una barbería

Nuevamente un repartidor de comidas fue blanco de la delincuencia en nuestra ciudad, ahora al ser atacado en las últimas horas por dos motochorros en las inmediaciones del Hospital de Niños Sor María Ludovica. De acuerdo a los voceros consultados por este diario, intercedió una policía de civil, aunque pese a todo, los malvivientes lograron darse a la fuga con las pertenencias de la víctima.

El grave suceso de inseguridad se registró la noche del lunes, cuando alrededor de las 21.30 el damnificado estaba a bordo de su ciclomotor cumpliendo con su trabajo. Entonces aparecieron dos ladrones en otro rodado, lo chocaron para hacerlo caer en la esquina de 19 y 64, y entonces se le abalanzaron con el fin de quitarle todos sus elementos de valor.

Un vecina del área que presenció parte del incidente le contó a Trama Urbana que “al chico, que trabaja para la aplicación Rappi, lo arrollaron a propósito y cuando cayó le robaron el celular y la billetera”. Además, añadió: “Justo pasaba por allí una camioneta donde, al parecer, iba una mujer policía vestida de civil. Tengo entendido que llegó a apuntarles con su arma reglamentaria a los delincuentes, pero igual se fueron a toda velocidad con su moto”.

Siempre según el testimonio de la frentista, los malhechores escaparon hacia la zona de 19 y 65, o sea, en sentido ascendente, hasta que se perdieron de vista.

Los jefes policiales de la zona indicaron que, al menos hasta el cierre de esta edición, no se había registrado la correspondiente denuncia.

En 120 entre 77 y 78

En tanto, dos menores de edad asaltaron ayer a la madrugada una barbería de Villa Elvira, de la que se llevaron elementos de trabajo y dinero en efectivo.

Los cacos actuaron sobre las 5, cuando se acercaron a un local de cobranzas de 120 entre 77 y 78 pero, como no pudieron entrar, enfilaron hacia la peluquería lindante. Forzaron la reja metálica sin llamar la atención de nadie hasta que lograron levantarla. Uno de ellos entró, mientras que su cómplice se quedó haciendo de campana.

Una vez en el interior, se adueño de diferentes objetos para el trabajo diario del lugar y de la plata que había en la caja registradora. Si bien el accionar quedó registrado en una cámara de seguridad, nada se sabe de los implicados, ya que ni siquiera fueron identificados.

Se trató del segundo robo en el sitio en el último año y medio, y ante la denuncia de las víctimas, que mostraron su descontento, se inició una causa en la comisaría Decimosexta.