“Mi apellido no tiene ni una mancha y me llena de orgullo”

Yamila Cafrune, hija de uno de los más grandes exponentes del folclore nacional, visitó la redacción del diario Hoy antes del show que presentará esta noche en La Plata

Herencia y estirpe son dos palabras que atraviesan a Yamila Cafrune. La artista tenía 11 años cuando su padre, Jorge, le preguntó qué quería ser cuando sea grande y ella, sin titubear, le contestó: “Cantora”. Sin embargo, la negativa llegó como un baldazo de agua fría: “No es una profesión para una mujer sola”. Por lo tanto, ella fue por la segunda opción y le dijo “abogada”. Sin embargo, otra vez, la voz del cantor sonó sentenciosa: “No tenés alma para eso”. 

Yamila, nacida en 1965 en Capital Federal, es la hija mayor de Jorge Cafrune, el gran cantor de folclore, que falleció de manera misteriosa un 31 de enero de 1978, mientras cabalgaba por la ruta, rumbo a Yapeyú, para realizar un homenaje al general San Martín. Ella, en contra de los deseos de su progenitor, se hizo abogada y cantora. Dos oficios que aún conviven en esta mujer, que cuenta con 14 discos editados en 24 años de carrera. En una entrevista íntima con diario Hoy, la cantante habló de sus comienzos y de su conexión con la ciudad.

—¿Cuándo decidiste dedicarte a la música? 

—Yo siempre canté. De hecho, me acuerdo de mi abuela, a mis 14, que se preguntaba ¿Quién la va acompañar a esta chica?  Yo cantaba en los actos de la escuela. Después, en la facultad, mientras estudiaba Derecho, en reuniones estudiantiles y peñas. Hasta que me recibí de abogada en 1991, en la Universidad de Córdoba, y al año siguiente le hacían un homenaje al papi en Cosquín. Yo me dije: Quiero cantar ahí, no en el escenario mayor, sino durante el Festival, en una de las esquinas. Me acuerdo de que tocó primero Víctor Velázquez y luego canté yo. Entre el público de la calle estaba Julio Mahárbiz, que se acercó después y me dijo: Mañana te quiero en el escenario mayor. Así empecé en la música. Ni por obligación ni por herencia, sino por ganas. 

—¿Con qué historias de tu padre te has encontrado en tu camino de cantora?

—En los más recónditos lugares he hallado cosas sorprendentes. Desde un paraje rural en el norte, donde se me acercó un hombre a decirme que ese sitio había sido fundado por el papi. Hasta cuando fui a cantar a las Islas Canarias y bajó el gerente del banco de una de las islas para conocer a la hija de su querido amigo y recordado cantor nacional, Jorge Cafrune. 

Cantar allí y despedirme con Zamba de mi esperanza, y que todo el mundo la coreara, porque el papi la había llevado... Este tipo de cosas te conmueven hasta la fibra más íntima. 

Un guiño a la música tradicional

Yamila es dueña de un estilo simple que también se refleja en su repertorio: un folclore tradicional que le hace un guiño a la década del 60 en la Argentina, cuando emergieron cantores como su padre, Carlos Di Fulvio y “El Chango” Rodríguez. Su último disco, que vendrá a presentar esta noche a partir de las 21, en 10 y 60, se llama Con guitarras y es un compendio de canciones clásicas que recorren la geografía argentina en valses, zambas, gatos, cuecas y chacareras. 

—¿Cómo te definirías a vos misma como mujer y artista?

—Voy a utilizar una palabra que usó don José Larralde: coherencia. Yo creo que soy una mina coherente, no puedo subir al escenario y hacer una canción que no sienta. El camino que elegí no intenta llegar a ningún lado, es un transitar. Así que estoy feliz con lo que la vida me dio: dos hijos maravillosos, un nombre muy digno, muy limpio y noble. Mi apellido no tiene ni una mancha y me llena de orgullo. Mi herencia es tratar de ser lo más coherente posible con lo que pienso y hago. 

—¿Cuál es tu relación con la ciudad de La Plata?

—Es una ciudad que siempre me ha abierto los brazos. Me encanta venir y, en esta oportunidad, compartiré fecha con Pato Molina, un cantautor tucumano. Además presentaré mi último disco, Con guitarras, que estará mechado con Cafruneando, un homenaje que decidí hacerle al papi al cumplirse, este último 8 de agosto, 80 años de su nacimiento.