Herencia K en la Provincia: la desesperada carta de una médica

La Jefa de Guardia de un hospital marplatense le escribió una conmovedora misiva a la gobernadora María Eugenia Vidal. El texto deja en evidencia la crisis sanitaria resultante de la gestión de Daniel Scioli

"Sé que tiene una provincia en llamas, pero yo trabajo en un hospital en llamas y estoy agotada de pelear contra los molinos de viento”. Como tantos trabajadores solitarios y quijotescos, la médica marplatense Andrea Potes, Jefa de Guardia del Hospital Interzonal General de Agudos y Graves (HIGA) “Oscar Alende” de la ciudad balnearia, se cansó de remar contra la corriente en una profesión que debe velar por la vida de cientos, miles de personas.

Por esto, porque el silencio otorga complicidad, decidió salir del anonimato y poner en palabras uno de los dramas sanitarios heredados del kirchnerismo en el país, en general, y en la Provincia, en particular, donde, tal como ha reflejado Hoy en varias de sus tapas, la situación es catastófrica, con hospitales que, al cabo de la gobernación de Daniel Scioli, se caen a pedazos y carecen de insumos básicos.

A través de su cuenta de Facebook (ver más abajo), Potes conmovió con los padecimientos que se viven en el nosocomio marplatense, “con una guardia saturada; con pacientes internados en los pasillos arriba de camillas durante días; con mala atención médica por la gran demanda, que supera nuestras posibilidades; sin las condiciones básicas de higiene; con más de 30 enfermos con solo dos baños, atendidos por solo dos enfermeras; sin algo tan básico como rayos x”.

También, la profesional de la salud enumeró que los enfermos “comparten monitores” y “tardan meses en conseguir una prótesis”; que la aparatología no funciona; que ya “renunciaron gastroenterólogos y patólogos”; que “las mesas de anestesia están destruidas porque no reciben mantenimiento”; que “no hay material en la guardia para resolver algo tan simple como grave que es una fractura de pelvis; que las “pocas camas […] están rotas y elevamos las cabeceras de los pacientes con cajas”.

Luego de ponerse a disposición de la gobernadora María Eugenia Vidal, de afirmar que es una mujer que “pelea todos los días, guerrera, frontal, que ama su trabajo” y una “ferviente defensora de la salud pública”, Potes le imploró a la mandataria bonaerense que la escuche, le manifestó que le encantaría poder hablar con ella y con la ministra de Salud, Zulma Ortiz. Y se despidió con un grito desesperado: “¡Necesitamos ayuda!”, en mayúsculas.

Una dolorosa catarsis

Luego de que la misiva se viralizara en las redes sociales, Potes explicó que “la carta fue una especie de catarsis. Se juntó una mezcla de dolor, angustia e impotencia”, y agregó que el hospital –el único de Alta Complejidad de la Zona Sanitaria VIII- “viene deteriorándose desde hace varios años. El presupuesto para salud no alcanza, se ha llegado a un nivel de malestar general que hace que no podamos seguir trabajando así. Hay un gran aumento de la demanda de la atención del hospital con los mismos recursos que tenemos desde hace 20 años”, sintetizó.

En tanto, la médica confirmó que la ministra de Salud bonaerense “habló con el hospital, dijo que leyó mi carta y que están trabajando para solucionar los problemas que tenemos”.

Los UPA, una cáscara vacía

Más de una vez este diario marcó cuando el anterior gobierno bonaerense inauguraba las Unidades de Pronta Atención (UPA), una iniciativa promocionada hasta el hartazgo por Daniel Scioli en su campaña y que prometía llevar este proyecto a todo el país. La realidad es que los UPA era una "cáscara vacía" que solo representaban el 1 % del presupuesto total del Ministerio de Salud y terminaron siendo un rotundo fracaso ya que  prácticamente no tienen médicos ni insumos.

Del mismo modo, Fabián, trabajador de estadística del HIGA de Mar del Plata remarcó a diariohoy.net que: "En los últimos años han venido a visitarnos desde el Ministerio de Salud, pero lo único que se hizo fue el UPA, que descomprimió la guardia pero no más que eso. Allí trabajan con las emergencias menores, lo que no es muy complejo, que no tengan que intervenir especialidades y funcionan como un centro derivador”, expresó el profesional de la salud.
 
“Estos problemas se replican en otros nosocomios de nuestra región como el San Martín, el Rodolfo Rossi, el Ricardo Gutiérrez y el San Juan de Dios, donde la falta de inversión edilicia, de profesionales y el exceso de demanda son un problema.  La situación es todavía peor en el Conurbano profundo, donde hay establecimientos muy postergados”, sostuvo Marisa, enfermera del Hospital Gutierrez.

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