Otra vez, YPF causa temor en la región

Ensordecedores ruidos, algunas nubes, llamas tóxicas y escapes de materiales dañinos para la salud mantienen en vilo a los vecinos de Berisso, Ensenada y La Plata

uevamente, las nubes negras emanadas desde la refinería, las llamaradas desmedidas provenientes del sistema de antorcha y las explosiones provocaron tensión y preocupación en los vecinos de la zona, quienes ya no saben qué hacer para frenar la contaminación ambiental y las situaciones de riesgo. 

Desde YPF intentaron minimizar la cuestión y argumentaron, por medio de un breve y repetitivo comunicado, que durante el fin de semana se puso en marcha un conjunto de plantas de proceso del complejo industrial. Aseguraron  que las operaciones “no revisten riesgo para las poblaciones cercanas” y que “YPF hará los mayores esfuerzos para minimizar las molestias”.

Como viene informando el diario Hoy, en los últimos meses ya se registraron más de seis situaciones similares y la empresa solo se expresa a través de escuetos escritos. Además, desde este medio se ha advertido sobre las deficientes condiciones de seguridad existentes en la refinería. 

Por otro lado, entidades especializadas en la defensa del medio ambiente han rea­lizado críticas al funcionamiento del predio industrial, poniendo bajo sospecha la información oficial que se emite desde la petrolera. Como si esto fuera poco, las emanaciones de YPF y de otras empresas que no son controladas por el Estado llevan a que proliferen graves patologías respiratorias entre los vecinos de la zona. Lo cierto es que se trata solo de un capítulo más en una historia que parece no terminar nunca.

El temor de los frentistas está justificado: distintos estudios de la Facultad de Arquitectura de La Plata demuestran que una explosión no controlada en la planta petrolera podría llegar a ocasionar miles de muertos en Ensenada y Berisso, como así también en nuestra ciudad. Según el informe, la explosión alcanzaría un índice de letalidad del 99% en un radio de 368 metros y del 50% en un radio de 539. 

Desde hace muchos años y hasta el presente, las respuestas de las autoridades gubernamentales han sido nulas. La improvisación, carencia de políticas preventivas y de planificación y la escasez de información hacen que el peligro potencial que YPF representa para la población sea cada vez más grande. La ausencia total del Estado en todos sus niveles no hace más que perjudicar a todos aquellos que viven en los alrededores del polo petroquímico.

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