Una situación insostenible

¿Hasta cuándo se puede sostener un país, con amplias zonas controladas por el narcotráfico, y con delitos cada vez más violentos?, ¿Hasta cuándo una  sociedad puede soportar, pasivamente, que un ciudadano sea fusilados por el simple hecho de tener un auto, una camioneta o un poco de dinero en el bolsillo?

Durante años, los argentinos tuvimos que escuchar como las máximas autoridades nacionales hablaban de la inseguridad como un problema inexistente, como un invento de los medios de comunicación que se dedicaban a reproducir los hechos delictivos, lo que terminaba generando impacto en la opinión pública.

La negación de la realidad del kirchnerismo, en rigor a la verdad, actuó como una cortina de humo ya que, al mismo tiempo que eso ocurría, la administración K liberaba las fronteras. Los gendarmes, mal pagos y trabajando en precariedad laboral, de un día para el otro fueron sacados de su función para la que fueron entrenados, y fueron puestos a transitar calles del Conurbano, sin ningún tipo de entrenamiento previo. Por eso, poco pudieron hacer para evitar que la ola de inseguridad siga creciendo.

Ahora bien, al liberar las fronteras, y negarse sistemáticamente a invertir en tecnología (radares y scanners) para detectar aviones que hacen vuelos ilegales con las drogas y las embarcaciones que transportan los estupefacientes que ingresan al país a través de los puertos, el gobierno K se convirtió en cómplices de los narcos.

En ese escenario, una consecuencia lógica es que cada vez hay más armas ilegales, usadas por los delincuentes para hacer sus fechorías. Armas y drogas son una combinación explosiva, y las consecuencias lamentablemente las terminan pagando, todos los días, ciudadanos inocentes que pierden la vida como consecuencia de la inseguridad.

Es tan impresentable el accionar del gobierno en materia de seguridad, que los K llegaron a nombrar a una exdirigente Montonera (Nilda Garré), que en los años 70 atentó contra la democracia (combatió al gobierno peronista, elegido por el pueblo) desde la clandestinidad, como ministra de Defensa y luego de Seguridad, siendo su gestión un fracaso absoluto. La crisis de las fuerzas militares y de seguridad, así lo demuestran.

Ahora, como si fuese poco, en una actitud que raya la irracionalidad extrema, y tal como lo viene informando nuestro diario, el gobierno mantiene acéfalo el organismo que supuestamente debería dedicarse a prevenir y combatir el narcotráfico: la Sedronar.

De seguir por este camino, lamentablemente, los delitos violentos con armas seguirán en aumentando, y nadie estará a salvo de ser la posible próxima víctima de la inseguridad. Por ende, es responsabilidad de la sociedad en su conjunto, que hace pocos días votó masivamente contra el gobierno K, salir a pedir que se pongan en marcha los planes que sean necesarios para garantizar la paz social.  

El narcotráfico azota a las provincias 

Tras el ataque que sufrió en su casa, el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, aseguró que todas las provincias tienen problemas con la venta de droga y confesó que “un gobernador me dijo que hasta en el pueblito más chiquitito tiene consumo de drogas”. 

Los disparos que recibió por parte de grupos narcotraficantes evidenció la débil situación institucional frente al avance de la droga en Santa Fé y en todo el país. Pero el mandatario provincial quiso aclarar que “esto sucede en todo el país. Yo hablo con todos los gobernadores, y está pasando en todos lados”. Así las cosas, el gobierno nacional sigue sin hacerse cargo del problema. 

En ese sentido, Bonfatti insistió en la necesidad de "evitar el narcotráfico y el asesinato por disputas de bandas de narcotraficantes". Precisamente esta semana, la Iglesia se había expresado en un sentido similar: "Si la dirigencia no toma medidas, costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar las mafias del narcotráfico".

Ecos del mensaje de la Iglesia

El gobernador de Chubut, Martín Buzzi, se expresó "en pleno acuerdo" con el documento en el que la Iglesia alertó sobre el avance del narcotráfico en el país y remarcó que "la consolidación de un poder narco es una amenaza para la democracia".

El mandatario provincial también consideró que "la droga tiene efectos devastadores sobre la juventud y la consolidación de un poder narco es una amenaza para la democracia" y remarcó que hay un "fuerte compromiso de la gestión para combatir" esta problemática. Y, remarcó que para erradicar el narcotráfico es necesario el "compromiso de todos los actores del Estado, con jueces que hagan su trabajo y garanticen la aplicación de la ley". "Como bien lo marcaron los obispos, en el narcotráfico está el origen de muchos de los delitos y conflictos que afectan a la sociedad y por eso tenemos todas nuestras energías puestas en erradicarlo", sentenció Buzzi. El gobernador kirchnerista sostuvo que "el llamado de los obispos expresa una preocupación que comparte la sociedad" e indicó que "tenemos que volcar todos los recursos del Estado, haciendo un esfuerzo conjunto en todos los niveles, para ganarle la guerra a los narcotraficantes".

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