“Su ser quería vivir, pero el cuerpo no aguantó más”

Eso dijo Brenda, la nieta del constructor de 67 años atacado a cuchillazos durante un asalto anteayer en su casa de 2, 68 y 69. Es que murió producto de las graves lesiones. ¿El asesino? Sigue prófugo. Indignación

Anselmo Gómez de Saravia es el nombre de la nueva víctima de la inseguridad en nuestras calles. El constructor de 67 años, que había sido apuñalado durante un asalto en su casa ubicada en las inmediaciones del Hospital San Martín, falleció ayer producto de las gravísimas heridas que le infringió el delincuente, quien al cierre de esta edición se encontraba prófugo. 

Fuentes policiales le informaron a este medio que el hombre sufrió dos paros cardiorrespiratorios tras la operación de urgencia a la que fue sometido, y no pudo resistir al segundo de ellos como sí lo hizo con el primero (donde lo reanimaron tras 40 minutos). 

Allegados y vecinos a la víctima se reunieron ayer en la puerta de su casa, en 2 entre 68 y 69, y manifestaron sus muestras de dolor e incomprensión por lo ocurrido. 

Brenda Rodríguez, una de sus cinco nietas, de 20 años y víctima también del asaltante que los sorprendió durante la tarde del lunes, le contó a Trama Urbana que “mi abuelo daba todo por nosotros. Mi abuelo dio su vida”. Y así fue, porque a Anselmo lo mataron cuando quiso defenderla a ella y a su mujer, en momentos en que el ladrón ya había ingresado a la vivienda. 

“Se la re bancó”, agregó Brenda, entre lágrimas, en la puerta de la casa donde se desató la tragedia que jamás podrá olvidar. “Su ser quería vivir, pero el cuerpo no aguantó más”. Y contó que las puñaladas le atravesaron el bazo y el páncreas, por lo que su estado fue complicado desde el primer momento. 

Además, la mujer dijo que su abuelo “era positivo, alegre, siempre optimista. A todos les dejó algo, siempre tenía algo para decir y para aconsejar”. 

 Con saña

El homicidio tuvo lugar durante la tarde del lunes, cuando Anselmo estaba junto a su mujer y Brenda. Un delincuente ingresó por la ventana y el hombre lo enfrentó con una taza, que se la partió en la cabeza, recibiendo durante la gresca dos profundas puñaladas en el sector izquierdo del abdomen. 

Mientras se desangraba, con las mujeres encerradas en el baño, el caco revolvió la casa y robó tres celulares y 300 pesos, además de aros de fantasía. 

Como informó este medio de manera exclusiva, la nieta le colocó una curita al malhechor por pedido de éste, ya que estaba herido en la cabeza, y contó después que el delincuente fue un vendedor ambulante que había visto durante ese día en la cuadra.

Malherido, el abuelo fue derivado al hospital por un vecino, donde finalmente murió. 

Hincha de Gimnasia, buen vecino y amante de su perro Simón

El constructor asesinado en su vivienda de 2 entre 68 y 69 era hincha fanático de Gimnasia. “Lo veía siempre”, recordó Brenda. “Más que un abuelo era un padre para mí, porque me crió desde los tres años”, agregó. 

Detalló además que Anselmo Gómez de Saravia seguía trabajando en la construcción, como lo hizo toda su vida, y que hacía muchos años que vivía en la casa donde lo ultimaron. 

Su vecino, Luis Arias, dijo que Anselmo,  hombre nacido en La Plata, “era un tipazo. Lo conocía desde hace mucho tiempo porque estacionaba el auto en el garaje de al lado de su casa, y lo veía todos los días. Siempre sacaba a pasear a su perro Simón, y era un gran laburante. Trabajaba todos los días”, añadió Luis. 

Por su parte, otro frentista indicó que al constructor ya le habían robado la camioneta el año pasado, y coincidió también al afirmar que era “un gran hombre”.

La cuadra vivió con estupor el crimen de un vecino tranquilo, honrado y trabajador, gran abuelo, como así también buen padre y esposo. Muchos no salían de la conmoción, no entendían aún que Anselmo había dado literalmente su vida por los suyos. 

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