Un defensor aguerrido y con rango de Coronel

Generalmente responde con un “no” cuando se lo busca para hacerle una nota. No por soberbia, sino por timidez, Maximiliano Coronel prefiere pasar desapercibido y no hacer declaraciones más allá que “fuera de micrófono”, donde se lo nota suelto y de buen humor. 

Sin embargo, en esta oportunidad aceptó la charla por una razón: después de varios meses afuera de las canchas por la fractura del quinto metatarsiano del pie derecho completó una hora de fútbol sin inconvenientes. 

“Jugué 60 minutos después de mucho tiempo y por suerte me sentí bien. Me falta en lo físico, pero con el correr de los entrenamientos voy a ponerme a punto. Es una lesión que no hay que olvidarla, este proceso se lleva con precaución, ya que en un mal movimiento se puede abrir y echar por tierra todo lo que hicimos”, arrancó el marcador central. 

En cuanto a su lesión, mucho se habló en torno a la elección del tratamiento, en el que Coronel tuvo injerencia directa: “Fue una decisión que tomamos con los médicos, podíamos  haber preferido otra opción pero por el grado de la lesión creímos que la idea era no operar y tomar un tiempo de prudencia para hacer un tratamiento no quirúrgico. Por el momento, todo va como lo planeamos”, agregó. 

En cuanto al funcionamiento del equipo y lo mostrado en los amistosos jugados, el defensor analizó: “Vamos de menor a mayor. Tuvimos un arranque no tan bueno pero fuimos dando pasos hacia  adelante en la búsqueda del mejor funcionamiento. De todas formas, aún restan algunas semanas como para continuar trabajando y llegar al partido con Quilmes de la mejor manera”.  

En el amistoso ante Temperley, Alfaro decidió que los marcadores centrales intercambiaran los perfiles en busca de una mejor ubicación y coordinación: “Estamos probando. Son cuestiones tácticas que se van ensayando en los partidos de preparación”, cerró 

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