A los 28 años se decidió a “atajar” los problemas de su club como presidente

Los sábados tienen el gusto a reencuentro cuando El Clasiquito visita a las canchas. Y para quienes hace rato que están en el ambiente, hay que tener un corazón grande para aguantar el aluvión de emociones, abrazos, novedades de lo que es, lo que fue y será… (como canta Fito Páez).

Ezequiel Martino (24/11/’87) es el presidente de la institución. No lleva más de 7 meses y lo vive con tranquilidad. Ayer nomás era el niño al que llamaban ”Salamín”, por ocurrencia de un pibe de la ’81. Justamente el DT que lo ayuda en la actual 2009, Hernán Cari Cubilla, le recordaba que “el que te puso así fue Ezequiel Ciuccio”.

Decirle presidente no le cambia nada al pibe de 28 años, que anda en todos los rincones, desde pintar la cancha, hacer los chori, las planillas y hasta del recibimiento a los referís, como ayer lo hizo con Rubén Alvarez y Gustavo Tabone.

“Es una persona realmente buena”. De ello da fe un señor que por esas cosas de la vida es su padre: Alberto Intelisano. Fue el que le enseñó a querer a la institución. Por eso, Ezequiel, que ya es papá, va con mucho orgullo a colaborar sin medir si recibirá algo a cambio.

Ese algo es el afecto de los pibitos, y sobre todo el seguimiento de un grupo de padres (muchas mamás) que lo ayudan en la aventura. Mientras jugaban con Comodoro Rivadavia, el muchacho criado en el barrio destinó unas palabras a nuestras cámaras que, en determinado momento, lo emocionaron hasta empañarle los ojos.


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