Ámbar, la nena con disminución visual que brilla en el patín artístico platense

La niña de 9 años demuestra que, con voluntad, todo se puede. A pesar de su escasa visión y su retraso madurativo, se supera día a día. De la mano de su mamá Nancy y su profesora Agata, cierra un maravilloso 2017

Ambar Yael Torres tiene 9 años y es oriunda de la ciudad de La Plata. En 2014, cuando tenía 6, decidió subirse por primera vez a unos patines y lanzarse sobre ruedas, pese a su disminución visual severa. Casi sin quererlo, se encontraba volando con su imaginación, sintiendo lo que sus ojos lamentablemente no pueden ver. 

Poco tiempo después, la profesora de patín artístico, Agata García Cueto, decidió abrirle las puertas del Centro Fomento Las Quintas y dar un ejemplo de inclusión en el deporte y en la sociedad. 

Tras casi 36 meses de esfuerzo, dedicación y, sobre todo, mucha actitud y perseverancia, Ámbar logró competir en un campeonato y ser reconocida por su talento deportivo. Su mamá, Nancy Marina Décima, fue el gran sostén y, con su acompañamiento diario, colaboró para que la niña, que además lidia con un retraso madurativo, logre superarse día a día. 

Finalizando un 2017 cargado de crecimiento y de logros, Ámbar visitó la redacción de diario Hoy  junto a su madre y su profesora. “Ella se puso los patines por primera vez a los 6 y este año fue el de mayor concurrencia al club. Entrena tres veces por semana una hora completa. No es miedosa, sino desafiante. Tiene mucha entereza, pese a las dificultades. La llevamos al club, enseguida se integró y se apegó a Agata”, explicó Nancy. “Me encanta patinar y quiero saludar a Catalina y Paulita, que son mis amigas”, aportó Ámbar. 

Una profe que se animó a incluirla 

Agata García Cueto tiene 24 años y es profesora de patín artístico desde los 15. Entrena chicas en el club 25 de Mayo, en Comercial de Berisso y en el Centro Fomento Las Quintas, donde acude Ámbar. “Nunca había tenido una experiencia de entrenar a una nena con disminución visual y fue un crecimiento en conjunto. Ella me ayudó mucho a mí también, porque además estudio Letras y Profesorado Inicial, y pude implementar algunas materias pedagógicas que sirvieron mucho”, acotó la profe. 

En cuanto a la experiencia en estos tres años, Agata detalló: “Al principio estábamos todos muy cerca de ella, y hasta las compañeras la cuidaban mucho, pero después nos dimos cuenta que había que dejarla más sola, así se fue soltando y transformando en una más del grupo. Tuvimos que hacer un conteo del espacio para que ella pueda doblar y manejarse en la pista. Después de eso, que lo captó rápido, se soltó. Este año compitió en la Liga de PALP y fue campeona en un evento muy concurrido. Eso fue un gran paso y redoblaremos la apuesta en 2018”. 

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