¡Campeón hay uno solo!

Lanús - Enviado Especial

Otra vez, otra vuelta olímpica. Otro fin de año soñado para el mundo de Estudiantes de La Plata.

Con el aura de Sabella, el del Tata Brown o el de Cacho Malbernat y tantos otros que se fueron en estos últimos 13 años, el Pincha volvió a ganar un título y recuperó su lugar de privilegio y protagonismo entre los grandes del fútbol nacional.

Otro 13 de diciembre que va a quedar nuevamente marcado en la historia del club como pasó en el 2006.

Con la mística que caracterizó al Pincha del Cholo Simeone hace 17 años (también un 13 de diciembre), el Estudiantes de Domínguez fue de menor a mayor para abrazarse a la Copa tan esperada. El mismo trofeo que otros equipos no pudieron lograr y que hasta el propio Boca se había puesto como meta ganar para cerrar el año de otra forma.

El Pincha, que tuvo momentos muy buenos y otros malos a lo largo del año, levantó la Copa Argentina y marcó un nuevo capítulo en su historia de vueltas olímpicas.

Los más de 25 mil hinchas que lo acompañaron a la cancha de Lanús recibieron el mejor premio a la fidelidad, luego de una tarde calurosa y húmeda que no podía terminar de otra manera.

Un partido complicado

Estudiantes salió abombado a la cancha. Entre el golpe de calor y la diferencia física con un rival más joven y vertiginoso, el partido tomó una clara tendencia a favor de los de Florencio Varela rápidamente.

Rodríguez y Sosa jugaban a otro ritmo y encima Defensa demostró tener muy bien estudiado al Pincha tapando la subida de Godoy y anulando a Rollheiser, quien ante la falta de oportunidades para entrar en juego se tuvo que ir rotando por todo el frente de ataque.

Las pocas veces que entró en juego, Zapiola no pudo desequilibrar y Carrillo fue puro corazón para chocar siempre contra los defensores rivales, pero no estuvo preciso al momento que Estudiantes pudo abrir el marcador con un remate de Rollheiser que se filtró en el área ingresando por la izquierda y definió cruzado, pero el arquero de Defensa y Justicia respondió correctamente.

El Halcón tuvo más chances y se perdió dos ocasiones claras para abrir el partido.

Estudiantes terminó sufriendo el primer tiempo, en el que fue superado en el aspecto físico y por momentos también en la parte futbolística por su oponente.

En la parte final el Pincha pegó rápido y golpeó anímicamente a su rival: Carrillo capturó un centro rasante que llegó desde la derecha y con una definición dificultosa terminó decretando el único gol del partido.

El aura de Sabella, el del Tata Brown y el de Cacho Malbernat comenzaron a sobrevolar el estadio de Lanús y el equipo logró tranquilizarse. Todo el desafío de revertir el marcador lo tenía Defensa y Justicia. Y allí se vio lo mejor del León.

Con el desgaste y la presión del rival, Sosa y Mancuso se agrandaron en la cancha. Rollheiser mostró parte de lo que había logrado durante el año y los ingresos de Ascacíbar y Benedetti en el final ayudaron para contener los cambios que impulsó el técnico de Defensa y Justicia.

El final fue con suspenso, empujones y polémicas. Pero no podía ser mejor: Estudiantes salió otra vez campeón y tiene la Copa más buscada en Argentina para levantar en las Fiestas.