Central Córdoba: de alquilar canchas para entrenar a terminar ganando la Copa Argentina

El equipo que hoy ganó la Copa ante Vélez, hace 10 años hacía humiles pretemporadas en termas de Río Hondo y los entrenadores tenían que dejar sus sueldos para pagarles los premios a los jugadores. ¿Qué pasó en el medio? Los secretos del Profesor.

Cuando tuve el accidente automovilístico que me paró y alejó de toda actividad personal y profesional durante seis años e inclusive volvía la vida resucitándome en la clínica de Villa Elisa, el primer club que acepté dirigir fue Central Córdoba de Santiago del Estero que estaba por entonces en el llamado campeonato argentino.

Era solamente una prueba a mí mismo para ver si después de tres años de rehabilitación y tres años de gimnasio podía volver a estar parado frente un plantel y podía volver a soportar 90 minutos o más dirigiendo un equipo.

Hoy lo veo a Central Córdoba de Santiago del Estero campeón de la Copa Argentina y no solo eso: veo a equipos de Santiago capital y alrededores que por ese entonces jugaban la liga local que en la actualidad están compitiendo en el Campeonato Nacional que es la segunda categoría del fútbol argentino.

La gente podrá pensar que hay algo raro detrás de esto y yo no soy quien ni para afirmarlo ni para desmentirlo; pero sí puedo decir que históricamente Central Córdoba de Santiago del Estero, el Ferroviario, siempre fue el equipo más popular y de mayor arrastre de público de esa provincia.

Cuando se terminó el estadio Madre de Ciudades en esa ciudad del Norte pensé que Santiago del Estero iba a perder la presión que ejercía ya en aquellos campeonatos del Argentino A jugando como local en su antigua cancha. Sin embargo no fue así y si bien varias veces fue salvado del descenso por decisiones pura y exclusivamente dirigenciales, hoy dio su primera vuelta olímpica en el fútbol grande de Argentina.

Felicitaciones a ese equipo de Central Córdoba que logró a la Copa Argentina pero también a todos sus dirigentes, especialmente a los que estuvieron en mi época, porque en ese momento a veces no teníamos dinero para alquilar gimnasio, muchas veces no tuvimos cancha donde entrenar y lo hacíamos a las márgenes del río que cruzaba la ciudad que la dividía de la Banda en donde el césped y la arena permitían que a pesar de la lluvia pudiéramos entrenar. Recuerdo también que hicimos una humildísima pretemporada en las termas de Río Hondo y prácticamente sin un peso tratamos de armar un equipo en donde la humildad de recursos se sumaba a la humildad de los jugadores que llegaban y que bajo mi mando dejaron todo por Central Córdoba. Recuerdo también que tuve que dejar dos sueldos míos porque nadie pensaba que con ese equipo íbamos a clasificar para las finales del segundo ascenso al Nacional B. Sin embargo lo hicimos y esos dos sueldos míos fueron para pagar el premio de esa clasificación que nadie, absolutamente nadie, esperaba.

¡Salud Santiago! ¡Salud campeón!

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