Entrevista Exclusiva
De Berisso a Tokio: la historia de Horacio Cifuentes
Decidió apostarlo todo y viajar a Europa para poder vivir del tenis de mesa. Con mucho sacrificio, el deportista de la región logró el sueño que siempre persiguió: ser un atleta olímpico. El berissense dialogó en exclusiva con diario Hoy y contó sus sensaciones a pocos días de disputar los Juegos Olímpicos.
El tenis de mesa celeste y blanco escribirá en Tokio el séptimo capítulo de su historia olímpica. Y tendrá un representante oriundo de Berisso.
Horacio Cifuentes fue una pieza clave para el equipo argentino en el Clasificatorio Latinoamericano que se disputó en Rosario. Cuando tenía solo 17 años, y llevaba unos seis compitiendo en la disciplina, el berissense entendió que si quería generar un salto de calidad en su juego y llegar a un nivel para competir con los mejores, tenía que dejar su ciudad natal y buscar nuevos rumbos.
A los 23 años, el deportista de la región alcanzó el sueño de ser atleta olímpico y dialogó mano a mano con El Clásico.
—Arrancaste de muy chico en la disciplina. ¿Cómo fueron esos primeros golpes y de qué manera llegaste al tenis de mesa?
—Arranqué en el 2009 cuando tenía 11 años, siempre digo que fue cuestión del destino. En ese momento había un solo club que tenía mesa y lo encontré de causalidad cuando volvía de un cumpleaños. Hasta ese entonces, jugaba en mi casa y con mi familia pero nunca lo había visto como un deporte. Siempre me fascinó el deporte, hacía fútbol, paddle y natación al mismo tiempo, pero de a poquito el tenis de mesa le fue ganando terreno al resto.
—En tu adolescencia decidiste apostarlo todo y seguir tu entrenamiento en Europa. ¿Qué nos podés contar de esa experiencia?
—Mi primera experiencia en Europa fue en 2016. En la previa de un mundial, tuvimos una gran preparación con el equipo juvenil en Alemania. En ese momento no tenía decidido qué quería hacer de mi vida, había terminado el secundario pero no sabía si dedicarme al deporte o iniciar una carrera universitaria. Ahí recibí el apoyo de mis viejos, me dieron un año sabático para pensar y pude regresar al Viejo Continente para afianzar mi preparación. Fue ahí donde pegué el gran salto y mejoré considerablemente mi nivel.
—¿Qué fue lo primero que se te vino a la mente cuando terminó el clasificatorio y caíste en que eras olímpico?
—Fue la mejor sensación que tuve en mi carrera deportiva. Haber clasificado a los Juegos Olímpicos y en mi querido país. Poder decir que soy un atleta olímpico es algo realmente tremendo.
—¿Qué expectativas tenés para Tokio?
—El gran objetivo era clasificar. En cuanto a las expectativas, obviamente vamos con la ilusión de hacer un buen papel, tener buenas producciones y ganar la mayor cantidad de partidos. Dar lo máximo siempre.
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