De la tribuna al escritorio sin plebiscito en el medio

La intención de Rafael Di Zeo de presentarse como candidato a presidente de Boca en diciembre reactivó el debate sobre los requisitos para ser dirigentes en los clubes. El antecedente de Pistola Gámez y los intentos en los clubes de La Plata que no llegaron a buen puerto.

En la previa al receso invernal del fútbol argentino que se extenderá entre la finalización de la Liga Profesional de Fútbol y el inicio de la Copa de la Liga a mediados de agosto, la intención de Rafael Di Zeo de convertirse en el futuro presidente de Boca puso en el tapete un viejo debate en los clubes: ¿corresponde que una persona que tuvo antecedentes penales por hechos de violencia pueda dirigir los destinos de una institución tan grande como Boca?

De entrada, la simple posibilidad disparó un sinfín de comentarios, ya que hubo fanáticos que aprobarían sin dudar la presentación de

“El Rafa”, histórico referente de la barrabrava desde que murió José Carrita (“El Abuelo”) a mediados de los 90.

Nadie podría dudar ni poner en tela de juicio que “El Rafa” Di Zeo es fanático de Boca y quiere al club. Incluso, hay artículos dentro del estatuto de los clubes que habilitan la presentación de cualquier socio que tenga la cuota al día para poder presentarse como una opción, en tanto y en cuanto no estén purgando una pena por haber sido condenados en sede judicial por cualquier tipo de delito.

En el caso de Di Zeo, en efecto, no está en un etapa de cumplimiento de ninguna pena, por lo que no habría impedimentos reglamentarios ni legales para que en el futuro se pueda presentar como una opción. Sin embargo, algunos socios del Xeneize (como así también de otros en la misma situación) pretenden impulsar modificaciones y restricciones para evitar que una persona que tuvo un pasado “violento”, con antecedentes y condenas por hechos o enfrentamientos en el contexto de un partido de fútbol, terminen habilitados para dirigir los destinos de una institución desde el sillón de la presidencia.

¿Tiene derecho a presentarse? Si quisiera hacerlo, nadie debería impedirlo. ¿Corresponde que lo haga? Esa respuesta podría ser sometida a una consulta popular que algunos sectores y peñas de Boca están evaluando, ya que entre los hinchas que suelen ir a la popular de la Bombonera reúne un amplio consenso.

En el fútbol argentino esta no es la primera vez que un barrabrava quiere o pretende convertirse en presidente de un club. Hace más de 30 años, Raúl Gámez fue uno de los pioneros en instrumentar esta idea, rompiendo con todos los protocolos y el ceremonial en Vélez.

A Gámez siempre se lo conoció como “Pistola” porque supuestamente siempre estaba armado en la calle y la cancha durante la década de 1970 y 1980. Sin ir más lejos, fue uno los de barras que acompañó a la hinchada de Boca y parte de la hinchada de Estudiantes a la Selección Argentina de Bilardo en el Mundial de México 1986 y muchos lo recuerdan por haberse enfrentado a los hinchas ingleses en la tribuna del estadio donde se jugó el partido de los cuartos de final de aquella Copa del Mundo.

Elecciones en Estudiantes

En La Plata, en tanto, Adrián ­Sossio (“El Gato” de Los Leales) intentó presentarse y hasta se vieron volantes con su nombre como candidato a presidente en la previa a las elecciones de Estudiantes en 2014. En ese momento, hasta un abogado garantistas se encargó de aclarar que no había ningún impedimento legal ni estatutario para que el socio ­“Sossio” pudiese convertirse en una alternativa para el club.

Más cerca en el tiempo también circuló en La Plata la chance de que Cristian Camillieri (“El Volador” en Gimnasia) pudiese presentar una opción como candidato a la presidencia del Lobo, pero todo quedó en una simple intención.

Para el caso, nadie podría dudar del amor que todos los antes mencionados tienen por las instituciones a las cuales fueron a alentar durante años en la tribuna. Todos tienen derecho a presentar nuevas ideas y opciones. ¿Cómo respondería la masa de los socios ante una opción como la del Rafa Di Zeo?

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