Por Daniel “Profe” Córdoba

Dicen que un clásico es un partido aparte, pero en su desarrollo es normal

Se avecina el derbi entre River y Boca que promete acaparar la atención el próximo domingo, cuando se juegue el encuentro con hinchas locales en el estadio Monumental de Núñez.

La bronca, pero no puede dejarse de escribir la previa de un River y Boca en el Vespucio Liberti de Núñez.

A ellos dos le dan todo: más dinero de TV, mejores y más predios, le condonan deudas, les dan mejores fixtures a dedo (ni se les ocurra creer que se sortean). Incluso tienen a los mejores árbitros y líneas (solo hay un par). Son tratados como si entre los dos representase, como mínimo, el 70% del fútbol argentino. Y cada vez a más plata, más “grieta”, que fue creada y solo le interesa a aquellos que no soportan el ascenso social de los que siempre han pisado (y me pongo como ejemplo por venir del tablón y llegar a ser director técnico profesional).

El domingo en la cancha de River creo que va a salir mejor parado Boca. Lo veo mejor. No juega bien ni con la pelota, ni sin ella, pero demostró ser un equipo equilibrado últimamente, dentro de su mediocridad, entre sus líneas.

A River, en cambio, se lo ve sin el talento individual de antes, lo veo muy ciclotímico dentro de un partido. O va, te mete en un arco y puede hacerte tres goles en 30 minutos, o también puede desaparecer y, solo con intensidad, el rival de turno le puede sacar un empate como ocurrió últimamente.

No creo ver un Boca distinto al del que le ganó a Colón y sí creo ver un River como en los orígenes de Gallardo: ofensivo, pero con un 4-4-2, o un 4-2-3-1. Sin ofrecerse a los contragolpes predecibles.

Dicen que un clásico es un partido aparte, pero para mí, en su desarrollo, es normal. Solo hay en juego tres puntos. Así siempre lo pensé y tan mal no me fue…

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