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El Bosque cumplió y su gente acompañó

En una tarde con tintes veraniegos, Gimnasia recibió en el estadio Juan Carmelo Zerillo al Matador de Victoria. Con un marco imponente, la hinchada colmó las tribunas para alentar al equipo de Chirola Romero.

Las tardes de fútbol tienen un no se qué, pero para los hinchas de Gimnasia la función de ayer por la tarde tenía un sabor especial. Está claro, Gimnasia ponía mucho en juego en el Bosque. Pero más allá de eso, en los jardines del Juan Carmelo Zerillo se vivía un ambiente especial.

Es que el pasado miércoles el estadio del Bosque celebró sus 99 años de vida, y con este natalicio el hincha tripero comprendió que no era un aniversario más, sino que este, con el sentido de pertenencia que emana el equipo de Chirola Romero plagado de juveniles del club, significaba el soñar con la remodelación definitiva del estadio, o al menos cumplir el sueño de estrenar la platea Néstor Basile completa de cara al próximo 26 de abril.

Por eso la previa fue distinta y desde el diario Hoy hablamos en los jardines y tribunas del Juan Carmelo Zerillo con los hinchas, quienes nos contaban qué significaba su estadio para ellos. El sentido de pertenencia, el amor por Gimnasia y el recuerdo de muchos que hoy no están presentes hacían que más de un ojo se pusiera vidrioso.

La familia Centurión habló en los remodelados espacios verdes que llevan el nombre del difunto expresidente Héctor Atilio Delmar y recordaron específicamente lo que fue la conquista de la Copa Centenario de 1993/1994. Allí, entre risas y sonrisas, dejaban en claro que su aliento es total para los dirigidos por Chirola Romero.

Pero no fueron los únicos a los que la pregunta “¿Qué significa el Bosque para vos?” los movilizó. Marcela, junto a su nieta Nina, no pudo evitar emocionarse y explicar que lo es “todo”, que son los recuerdos de su familia, sus hijos llorando de emoción en el 3 a 0 a Rafaela del 2009, y la alegría de poder llevar ahora a Nina, que hereda la pasión de la familia y la siente a flor de piel.

Por último, también la familia Vera-Paul, sí la de Tati (la histórica jugador de Las Lobas), contó que entrar al Bosque es reencontrarse con su abuelo, con quien alentaban en una de las ochavas de la tribuna Centenario. Andrea y Tamara, madre e hija, vivieron felices, como siempre, el encuentro en la techada y vibraron con el gol de Ivo Mammini, amigo de la casa.

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