El Bosque, su última casa

Ingresó por última vez al Juan Carmelo Zerillo el día de su cumpleaños, y fue la última cancha que pisó.

El pasado 30 de octubre quedará en el recuerdo del mundo como la última aparición pública de la leyenda de Diego Maradona. Fue en el estadio del Bosque, en el Juan Carmelo Zerillo, cuando Diego, tras varias especulaciones sobre su presencia en los días previos por su reservado estado de salud, ingresó por última vez a la cancha junto al primer equipo de Gimnasia en el tan esperado regreso del fútbol argentino.

Maradona estuvo presente también para celebrar allí su cumpleaños número 60 siendo homenajeado en el lugar donde más le gustaba estar, en una cancha de fútbol. Un marco que tendría que haber estado repleto de alegría y regocijo quedó empañado por el estado general en que se encontraba Diego, que con un cuadro claramente desmejorado y sin su ángel característico, inició su caminata con un andar dificultoso acompañado por dos asistentes.

Allí comenzó a hacerse visible lo que tanto preocupaba: el estado de salud del 10 no era óptimo. Por eso, tras recibir una camiseta enmarcada, una plaqueta y un diploma en manos de Marcelo Tinelli, el presidente de la Liga Profesional de Fútbol, Claudio Tapia, el titular de la AFA, y Mauricio Pellegrino el presidente de Gimnasia, entre fuegos artificiales, tortas y banderas, la alegría comenzaba a apagarse.

La demostración de amor por parte de todos se hizo presente, no tardaron en llegar los mensajes desde temprano inundando con imágenes las redes sociales, o con el afecto de miles de hinchas que le brindaron su homenaje. La canción del feliz cumpleaños que sonó en el estadio dedicada al “mejor de todos los tiempos” buscaba pintar de otro color la realidad que mostraba la figura de Maradona esforzándose por quedarse allí.

Caminando como podía, se dirigió al tradicional sillón que lo esperaba al costado del banco de suplentes de Gimnasia sin el último aliento que coreaba su nombre desde las tribunas. Una vez sentado allí, la tristeza ganó terreno porque tras unos minutos de haber comenzado el encuentro entre el Lobo y Patronato abandonó su lugar en el estadio.

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