El inventor del gol de Bossio y la puesta a punto del ascenso un 12 de mayo de los ‘90

A 25 años de la vuelta a Primera y 24 del histórico gol de “Chiquito” en la cancha de Racing, el “Profesor” Córdoba reveló detalles de las decisiones tomadas. Además, aseguró que se entrena y que fuma, pero se mantiene intacto a los 62 años

12 de mayo de 1995. El “Profesor” Córdoba se levantó como todas las mañanas en la concentración del Country y siguió la planificación del cuerpo técnico de Russo y Manera.

Lejos del predio, sin celulares ni tecnologías que achiquen distancia, estaba estacionado su antiguo vehículo, que meses después cambiaría por su primer auto importado. Fito Páez, Los Rodríguez, los Cadillacs y la Zimbabwe sonaban con los hits más pedidos en la radio de la ciudad de La Plata. Y Estudiantes, con la melodía de Mariposa Tecnicolor en las tribunas, se preparaba para dar otra vuelta olímpica.
Hace un cuarto de siglo, aquel viernes 12 de mayo de 1995, el Pincha ganó 1 a 0 en 1 y 57 con el gol de José Luis Calderón,
asegurándose el primer puesto en el torneo de la B Nacional de ese año.

Unas horas después, durante la tarde del sábado 13 de mayo, se terminó consagrando campeón y regresando a Primera, tras una serie de resultados que tenían como protagonista a Atlético Rafaela y Colón de Santa Fe.

El “profesor” Daniel Córdoba preparó físicamente a ese equipo que volvió a Primera en tiempo récord: nueve meses, cual gestación de un título menos reconocido, pero tan importante para poner al club en lo más alto del fútbol nacional.

Un año después, el mismo día pero de 1996, el “Profe” cambió el buzo por el saco, pero no perdió la pasión.

Estudiantes ya no soñaba con volver a Primera, sino que estaba peleando el campeonato, era puntero y quería salir campeón del Clausura ‘96. Se codeaba con el Vélez de Bianchi, el boca de Bilardo, el River de Ramón y el Gimnasia de Griguol.

En la cancha de Racing, un domingo frío y húmedo, los alumnos del profesor empataron 1 a 1 con un gol en el último minuto de Carlos Bossio. Córdoba le había dado la confianza para ir a cabecear en el último córner del partido, así como antes había bautizado a Sergio Catán como “El Redondo Negro” o consolidó en Primera a Palermo para que luego termine siendo lo que fue, cuando lo habían mandado a cortar el pasto a la cancha auxiliar porque alguno decía que era pata dura.

“El 12 de mayo del ’95, en la última entrada en calor del equipo en la cancha auxiliar, reuní a los jugadores y les dije: si llegamos hasta acá haciendo lo que hacemos, por qué hoy no vamos a terminar ascendiendo”, contó Córdoba.

“Con relación al gol de Bossio, quiero aclarar que a Gustavo le descubrí en el Fútbol-Tenis una impresionante capacidad para definir. Nosotros trabajábamos con cuatro arqueros: Noquera, Andersen, Bossio y Tauber. Tirábamos centros con Cinchetti y ellos salían del arco.

Bossio siempre tenía mi orden de salir a definir, porque en algún momento lo iba a mandar a definir. Hoy lo recuerdo y es como si lo estuviese viendo. El día del partido escuché la voz atrás mío en el banco que me hizo un clic. Ahí le dije Gustavo, andá. Los córners los tiraba Gastón Córdoba, pero en ese partido lo había sacado y lo puse a Couceiro.

El resto de los jugadores sabían que si iba a cabecear Bossio tenían que bloquearle las marcas y dejarle el lugar libre para que pueda cabecear. El resto es parte de la historia”, relató el “Profe”.
12 de mayo: una fecha inolvidable, pero humilde dentro de la rica historia de Estudiantes de La Plata.

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