POR DANIEL "PROFE" CORDOBA

El más duro, el más peleado, el más emotivo…

El clásico de nuestra ciudad llenó el vacío que dejaron los demás. Gimnasia y Estudiantes quedaron a mano en un partido que tuvo un tiempo para cada uno. Fue igualdad por los goles de Leonardo Godoy y Eric Ramírez.

Por Daniel “Profe” Córdoba

Azul y blanco toda la cancha. Un marco espectacular en el estadio Juan Carmelo Zerillo, con Gimnasia obligado a cambiar la imagen que dio en el partido ante River en el Monumental. Silvio Trucco fue el árbitro del clásico platense. Estudiantes llegaba envalentonado por el triunfo en la Copa Libertadores y su paternidad.

El equipo de Pipo Gorosito se plantó en la cancha con Rodrigo Rey, cuatro defensas, cuatro mediocampistas y dos puntas, con la novedad de la inclusión por primera vez de arranque de Franco Soldano. El de Ricardo Zielinski fue con Mariano Andújar, cinco defensas, tres medios, un mediapunta y otro de delantero neto.

Quienes no merecían un gol en contra en el primer tiempo eran los dos arqueros. Rey sacó bastante y Andújar atajó más. Promediando el primer tiempo, cerca de los 42 minutos, se distrajo el fondo del Lobo. Se regaló Alemán con Del Prete, centro atrás del Tuti y gol de la carta sorpresa del Ruso, Leonardo Godoy. Injusto. El cero a cero estaba bien en la primera parte.

Sobre el final de los primeros 45 minutos hubo barullo y guapeadas. El derbi se puso caliente. En el segundo fue igual y hasta subió la temperatura. Todos contra Zuqui y contra Díaz también. Peleas con y sin la bola. Gimnasia lo buscó, Estudiantes se quedó sin piernas. Se moría el clásico y Dominguez atacó y remató. Faltaba el típico horror por partido de Andújar: se le movió la bola, se le escapó, no era fácil, y empató el Lobo a los 51 minutos del complemento por parte de Eric Ramírez.

¿Por qué fue empate 1-1? Porque en un rústico y muy hablado partido ninguno merecía ganarlo. Estudiantes lo ganaba, pero, aunque sin ideas, Gimnasia fue y mereció empatarlo.

Juego sin figuras pero sí de pérdidas y apariciones. Gimnasia, con Ch´ávez, Domínguez y Ramírez, demostró que en los chicos tiene recambio. Vi todos los clásicos hasta este momento. El más duro, peleado y emotivo fue el de nuestra ciudad.

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