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El Mono, el Topo y un clima familiar en el Bosque

Carlos Fernando Navarro Montoya y Guillermo Sanguinetti fueron homenajeados por la dirigencia. Además, El Clásico vivió el partido con los familiares de Erik Ramírez y el Yacaré Morales.

Con el sol saliendo después de una semana, en la mañana de un sábado de mayo en el Bosque, miles de Triperos acompañaron al equipo de Chirola Romero en un horario atípico para jugar un partido de la Liga Profesional.

Entre bufandas, gorros de lana y capuchas, miles de simpatizantes albiazules le hicieron frente a las bajas temperaturas que se sintieron en la región y a partir de las 10 el Bosque se tiñó de azul y blanco desde la avenida 60 hasta el diagonal que cruza el predio.

Mucho más que en otras ocasiones, los choripanes y las hamburguesas cotizaron a precio actualizado por la inflación, porque en el entretiempo se prestaba para pegar el almuerzo y llegar a casa para el cafecito o la infusión.

En el contexto de un juego que finalizó con polémica, muchos hinchas terminaron levantando temperatura por la definición que tuvo el encuentro y se olvidaron del horario matutito en el que empezó el partido.

La dirigencia había preparado una serie de agasajos, y después de las 10 de la mañana empezaron a recibir a Carlos Fernando Navarro Montoya primero y el Topo Sanguinetti después.

El Mono fue recibido por el presidente Mariano Cowen en la platea y le obsequiaron una camiseta de arquero del modelo que en la actualidad está usando Durso.

El Topo Sanguinetti, en tanto, recibió una camiseta número 4 enmarcada y la mostró en el medio de la cancha ante los hinchas que lo ovacionaron.

Además, en una platea que está al costado de la tribuna de la calle 60, El Clásico descubrió a las familias del Yacaré Morales y de Erik Ramírez, quienes llegaron acompañados por los hijitos de los jugadores del Lobo.

Ambos se entretuvieron mientras se disputaba el partido, que posteriormente tendría un final tan caliente como inesperado.

Muchos hinchas terminaron entrando a la cancha sobre la hora del partido, ya que hacía mucho tiempo que el equipo no jugaba tan temprano de local.

Al fin de cuentas, más allá del resultado y el desenlace que tuvo el partido, todos aprovecharon el resto de la tarde y reconocieron el esfuerzo de los pibes, que otra vez en el segundo tiempo jugaron mejor que el rival y demostraron actitud para seguir creciendo en Primera.

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