Rusia 2018

Entre lamentos, amenazas y supersticiones

El final de la gira previa a la Copa del Mundo no será como la del ‘86, ya que ayer se suspendió el amistoso con Israel por fuertes amenazas y protestas del estado Palestino

"Cosas de mandinga”, diría un viejo sabio futbolero. A ocho días del inicio del Mundial, el camino de la Selección Argentina para llegar a Rusia está lleno de espinas. Como el peregrinar de los fieles que cargan con una cruz (la de las tres finales perdidas) y ahora querían depositar la esperanza lavando culpas en el mundo de los lamentos. Pero ni esta sale bien...

Ayer, las fuertes advertencias del estado Palestino, enfrentado política y religiosamente con Israel, hicieron suspender la presentación del equipo nacional en Jerusalén, en donde se iba a realizar la escala previa a Rusia. 

Los dirigentes argentinos habían apelado a reflotar una vieja cábala  que dio buenos resultados en la previa al Mundial de México ’86 e Italia ’90, y pretendían llevar al equipo a jugar en territorio israelí como última prueba de ensayo antes de la Copa. Sin embargo, la exposición y el riesgo a sufrir un atentado pudo más que los 1.850.000 dólares que ya se cobraron, y que ahora serán materia de negociación entre los dos países. 

Camisetas de Lionel Messi ensangrentadas o en llamas a modo de protesta fueron viralizadas por las redes sociales en Palestina y en las calles de Barcelona, provocando malestar y preocupación entre los jugadores. 

La presencia del mejor jugador del mundo en Israel iba a ser considerada por los palestinos como gesto de complicidad a las miles de muertes de niños y ciudadanos por diferencias culturales, religiosas y políticas entre los dos estados. 

 De acuerdo a su óptica, con este acto, la Selección se iba a “blanquear  la imagen de Israel ante el mundo”, tal como expresó este domingo el presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub. 

Finalmente el reclamo terminó teniendo un papel clave en la decisión final de suspender el partido.

“¡No laven la imagen de Israel! ¡Como dijo Maradona, la pelota no se mancha!”, gritaron cerca de 30 palestinos en la puerta del hotel donde está la Selección en Barcelona. 

El conflicto entre palestinos e israelíes arrastra varias décadas, pero se encrudeció en los últimos meses, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió trasladar la embajada de EE.UU a Jerusalén, en un claro apoyo al estado de Israel. 

Lionel Messi, quien factura 60 millones de dólares al año entre contratos de exclusividad y su sueldo en el Barcelona, se vería perjudicada si el partido se hubiese jugado, por eso ahora se buscará concretar la cita una vez que finalice el Mundial en un país que no tenga conflictos de intereses. 

¿Qué pasará con los más de 34 mil fanáticos que agotaron las entradas en 20 minutos? Hay el muro cerca para lamentarse por la falta de cordura de la clase dirigencial y política que no supo organizar un partido sin controlar los riesgos y las amenazas que podían girar entorno a una presencia convocante como la de Messi.

El primer ministro israelí quiso reflotar el partido, pero...

 Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel lintentaba anoche a última hora revertir la situación del partido a través de la vía diplomática. Tanto es así que se reconoció un contacto directo con Mauricio Macri para que interceda ante la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia y Lionel Messi. El vocero Iván Pavlovsky reconoció el llamado, pero no brindó detalles del resultado de las gestiones. 

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