Estudiantes y un amor eterno

El Pincha recibe en 1 y 57 a Central Córdoba desde las 14 y se renueva la pasión de los hinchas. Historias de deporte y fidelidad, con un matrimonio platense fanático del León que cumplió 50 años de casados, lo festejó en la cancha y reveló la receta del amor eterno.

Corría el año 1968 y en La Plata había muchas cosas lindas que estaban por venir…

Mirta Valsechi y Jorge Alzueta se pusieron de novios mientras cursaban en el colegio Manuel Belgrano, de 9 y 38, donde por aquel entonces se dictaban clases dentro de viejos vagones de trenes que eran usados como aulas.

Ella tenía dos años más que él. Se enamoraron y empezaron a salir el 2 de abril de aquel año. Un mes antes del denominado “Mayo Francés”.

Compartían charlas, caminatas y muchos momentos en Barrio Norte, y la relación fue creciendo a la par de la pasión que los dos tenían por Estudiantes de La Plata.

En aquel otoño, el equipo de Zubeldía se consagró por primera vez campeón de América y, entre festejos y copas, Valsechi y Alzueta veían cómo el amor iba a creciendo.

Se trata de dos vecinos de La Plata, que se conocieron en el colegio como tantos otros, que vieron en ese mismo 1968 a Estudiantes salir campeón del mundo y que cuatro años después decidieron sellar su amor en el altar.

Fue el 7 de abril de 1972 cuando Mirta y Jorge se casaron y empezaron a construir una vida en la ciudad, primero en La Loma y luego pasando por otras zonas platenses.

El matrimonio tuvo cinco hijos (casi de manera ininterrumpida desde 1973 hasta 1977) y los enviaron al colegio Virgen del Pilar.

Ahora, Mirta y Jorge están radicados en el centro de La Plata y siempre siguieron yendo a la cancha para ver al Pincha. El jueves, al cumplirse 50 años de matrimonio, el equipo de Zielinski les dio el mejor regalo de las Bodas de Oro con una goleada ante Vélez.

En contacto con el diario Hoy y la Red 92, confesaron el secreto del amor eterno, la pasión por el fútbol y el cambio cultural que tuvo La Plata tras haber recorrido medio siglo de vida juntos.

“Nos conocimos cursando el turno nocturno en 1968. Hace muchos años que venimos a ver los partidos de Estudiantes y hoy debo reconocer que ella es más fanática que yo”, comentó Alzueta en relación a su esposa de toda la vida.

Ella tiene 75 años y él 73. Viven el amor y la vida de la misma forma que los hinchas entienden la relación con los colores de una camiseta: pasión y fidelidad.

“Ahora estamos viviendo en 55 entre 13 y 14 pero vivimos toda la vida en 16 entre 35 y 36. Mis hijos fueron todos al colegio Virgen del Pilar”, contó Mirta.

Este matrimonio observó el partido del último jueves contra Vélez en una de las butacas del palco 330 del tercer piso del renovado estadio de Estudiantes, y celebró las Bodas de Oro con la goleada del equipo en el primer encuentro oficial de la fase de grupos de la Copa Libertadores 2022.

“El secreto de tantos años juntos es terminar cediendo cada uno un poco. Hay que tener comprensión y compañerismo. Vivimos muchas cosas buenas y otros momentos muy difíciles. De hecho, hace poco salimos de uno de ellos. Pero la clave es poner entendimiento de las dos partes. Todo se puede”, reflexionaron.

El mensaje también se ajusta al momento del equipo, que por ratos no juega de forma vistosa, deja muchas dudas, pero con paciencia y trabajo termina obteniendo muy buenos resultados, que lo llevan a estar en la parte alta de la tabla de la Copa de la Liga Profesional y también en Grupo C de la Libertadores.

Hoy a las 14, contra Central Córdoba, se presentará una nueva chance para seguir revalidando el amor y la fidelidad que, como en la vida, también en el fútbol los fanáticos tienen por el club de sus amores.

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