Estudiantes y Vélez: 30 años de una amistad con idas y vueltas…

En el otoño de 1993 el Pincha empezaba a pelear para evitar el descenso y Vélez se convertía en uno de los referentes poderosos del primer lustro de la década de 1990 en el fútbol argentino. El paso de Trotta, la piña de Dopazo en el Bosque y las andanzas de Chilavert tras la base que había dejado Eduardo Luján Manera llevaron a intercambiar camisetas entre Fortineros y Pincharratas.

El año 1993 no fue uno más en la década de 1990. Hace poco se estrenó una serie en la que se recordaron los 30 años del disco que lanzó al estrellato a Fito Páez, El amor después del amor, que tenía hits como la canción Brillante sobre mí, que había sido usada para resumir la campaña del Boca campeón de 1992 o en la actualidad la consagración de la Argentina en el Mundial de Catar 2022.

En La Plata, entre los hinchas de Estudiantes surgió una espontánea y fuerte empatía con Vélez, que tenía un primer capítulo un año antes con un episodio que tuvo como protagonista al exdefensor Roberto Trotta, de pasado en el Pincha y llevado a Vélez de la mano de Eduardo Luján Manera, otra exfigura del León como jugador y como entrenador campeón en 1983.

El 27 de julio de 1992, Vélez le ganó 3 a 0 a Gimnasia en la cancha de River en uno de los partidos decisivos para definir el ganador de la Liguilla pre-Libertadores y si bien no llegó a marcar ningún gol, Trotta se besó una camiseta del Pincha cuando terminó el partido y le hizo gestos cargando a la hinchada del Lobo por la eliminación.

En aquellos años (1992 y 1993) Trotta jugaba de héroe y villano a la vez para los futboleros de La Plata cada vez que le tocaba enfrentar a Gimnasia. Sin ir más lejos fue uno de los primeros jugadores del fútbol argentino que, al marcarle un gol al rival del club en el que antes había jugado (defendiendo a Vélez le anotó al Lobo), se besó un símbolo de Estudiantes.

Desde aquellos momentos, la rivalidad entre Vélez y Gimnasia se fue haciendo cada vez más feroz, a la par de que iba creciendo la amistad entre los hinchas del Pincha y los del Fortín. Tanto fue así que en la década de 1990, mientras Estudiantes peleaba el descenso, había hinchas del Pincha que llegaron a ir a alentar por Vélez con la camiseta roja y blanca cuando el Fortín venía a La Plata a enfrentar al Lobo en la cancha del Bosque. Era como un clásico más, además del tradicional que se jugaba dos veces por año entre el Lobo y el León, en momentos en que la permanencia del Pincha en Primera dependía de un milagro, algunos meses antes del descenso post-Mundial de Estados Unidos.

En esa misma época, el 3 de abril de ese 1994, se produjo una batalla campal entre los jugadores de Vélez y Gimnasia cerca del túnel que conecta con los vestuarios del estadio del Bosque, en donde Chilavert le pegó una trompada a Sanguinetti, Trotta se metió a separar y Dopazo vino corriendo desde atrás y le pegó arteramente al por entonces referente del equipo de Vélez.

Trotta, Manera y más en el tiempo Chilavert (que incluso atajaría un penal clave en la definición del torneo Clausura 1996 a Burruchaga, cuando el Lobo terminó segundo empatando en la cancha de Estudiantes) sentaron las bases de una amistad folclórica, popular pero genuina, que apenas tuvo un distanciamiento en el año 2003.

De los 30 años de amistad entre Vélez y Estudiantes, cuando Carlos Bilardo volvió al banco del Pincha en abril del 2003, una vez que el Pincha visitó al Fortín y le ganó 1 a 0 con el gol de Sosa se escucharon algunos silbidos para el Narigón que los hinchas albirrojos tomaron como una traición.

Así y todo, en la actualidad no hay tanta complicidad como en los ’90, y ya no quedó nada de aquel ritual de cambiar las camisetas que tenía el Vélez campeón del Mundo de 1994 con la tradicional que había estrenado Estudiantes campeón de la B Nacional en el mismo año.

Sin embargo, en el arcón de los recuerdos y en alguna parte del armario de muchos hinchas del Fortín o del Pincha, esta noche se van a desempolvar los recuerdos de una amistad que nació hace 30 años y que a partir de las 21 volverá a tener a los dos equipos frente a frente en 1 y 57, como aquel mítico partido del 9 de junio de 1993 (hace casi 30 años y también un día de lluvia en la década de 1990), cuando el arquero paraguayo Chilavert marcaría su primer gol de tiro libre jugando para Vélez y el Rulo Paris le respondería con un gol de casi media cancha.

El Fortín manda en el historial

A lo largo del profesionalismo, Vélez y Estudiantes se enfrentaron en 174 ocasiones. En total, se cuentan 65 triunfos del Fortín contra 59 del Pincha. Además, estos dos equipos empataron 50 veces.

Durante los últimos 30 años el equipo de Liniers logró revertir la supremacía de Estudiantes en el historial de enfrentamientos.

Un triunfo y dos empates en juveniles

Por la séptima fecha del torneo de divisiones juveniles, Estudiantes cosechó cinco de los nueve puntos que se pusieron en juego contra Huracán en el Country de City Bell.

La Séptima división ganó 3 a 0 con los tantos de González, Barroso y Sanabria. La Octava, en tanto, empató 0 a 0. Asimismo, el partido de la Novena terminó empatado 2 a 2 y los goles del Pincha los marcaron Laplace y Fernández.

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