Gimnasia, sus hinchas y el partido de las sospechas
Julio Politano denunció el accionar de los arbitrajes argentinos el año pasado y cayó preso. “Hoy contra Barracas Central no voy a ir a la cancha”, dijo el hincha del Lobo y vecino del barrio El Mondongo.
Hace diez meses, en el contexto de la organización del Mundial Sub 20 que se definió en Argentina, hubo un hincha de Gimnasia que jugó su partido contra la AFA.
Estaba mirando la definición del campeonato en el Estadio Único en uno de los sectores de los pasillos muy cerca de la lengua central de la cancha en donde el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, estaba junto al titular de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia.
El hincha del Lobo fue rápido hacia uno de los puestos que vendían hamburguesas, pidió una caja de cartón y armó un cartel con una lapicera: “Infantino, en Argentina los arbitrajes son muy malos”, escribió en italiano para que el titular de la FIFA entendiera correctamente el mensaje.
Si bien no se trató de una leyenda ofensiva ni racista, Politano fue retirado a la fuerza del estadio y denunció el procedimiento policial.
“Mi bronca es porque yo estaba con mi hija y con otros familiares, y cuando Tapia vio que estaba mostrando el cartel, levantó un teléfono y en 43 segundos tenía a un montón de personal de seguridad privada y la Policía alrededor”, recordó el fanático del Lobo.
“Me llevaron esposado como si hubiese cometido un delito y estuve seis horas detenido. Presenté la denuncia y al principio algunas fiscalías se negaron a investigar el procedimiento que tuvo la Policía en ese momento, hasta que la causa la tomó el fiscal Garganta”, comentó Politano.
En la semana en la que Barracas Central, el rival del Lobo esta tarde en el Bosque, estuvo en el ojo de la polémica por las declaraciones que hizo el técnico de Independiente, Carlos Tévez, luego del empate 2 a 2 entre los dos equipos, este hincha de Gimnasia que había anticipado el desempeño de algunos árbitros en el fútbol argentino reclamó que lo ocurrido el año pasado en el Estadio Único no quede en la nada y sigue esperando una disculpa por entender que no ofendió a nadie, expresando lo que para él está ocurriendo todos los fines de semana en los partidos de Primera División del fútbol argentino.