Por culpa de la Morsa, Braña todavía no puede jugar

Debido a la mala gestión de Aníbal Fernández y sus secuaces, Quilmes no puede levantar las inhibiciones y una medida cautelar impide que el Chapu vista la casaca del Pincha. El Cervecero tiene un pasivo de más de $200 millones

El Club Atlético Quilmes cuenta las horas para que se lleve a cabo el acto eleccionario del próximo 31 de julio, para así poder comenzar con una nueva etapa. 

Las gestiones de Aníbal Fernández y José Luis Meiszner destruyeron la institución. El Cervecero hoy tiene un pasivo de más de 200 millones de pesos, todos los meses termina con un déficit de alrededor de tres millones, está en el podio de los que más dinero le deben a la AFA y la gran mayoría de sus acreedores puede pedirle la quiebra cuando sea su deseo.

En plena feria judicial, una medida cautelar que pesa sobre el club generó que Rodrigo Braña no pudiera presentarse de manera oficial con la camiseta de Estudiantes el sábado pasado.

Hay que tener en cuenta que, debido a los oscuros manejos de las gestiones anteriores, la institución se llenó de deudas con movimientos poco claros, a pesar de que era uno de los clubes más ayudados por el gobierno nacional anterior. 

En el último semestre, unos 20 profesionales (entre ellos Braña) no cobraron sus sueldos y llegaron al punto no solo de no concentrar antes de los partidos, sino también de no entrenarse.

Los juicios

Ante esta horrenda situación, muchos de los protagonistas iniciaron un juicio al club para poder cobrar lo adeudado. Los problemas siguen estando a la orden del día en la entidad quilmeña. 

La medida cautelar impide que pueda realizarse cualquier tipo de movimiento, no solo de jugadores que ya no pertenecen más a la institución, como es el caso del Chapu, sino también de posibles refuerzos para el conjunto que ahora dirige Marcelo Broggi. 

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