Se cumplen 30 años de la Copa Centenario: un título que revolucionó a Gimnasia

Hoy no es un día más para los hinchas de Gimnasia, ya que se cumplen 30 años de uno de sus últimos grandes festejos. Se trata de la Copa Centenario, aquel torneo oficial que la AFA organizó para celebrar los 100 años de su creación. El Lobo llegó a la final luego de vencer en una serie clásica a doble partido a Estudiantes (la vuelta se suspendió por incidentes) y luego a Newell's, Argentinos y Belgrano en la ronda de ganadores, por lo que tuvo ventaja deportiva en la definición contra River, en la que le bastaba un empate para ser campeón. Si bien el torneo había comenzado en 1993, la final se jugó el 30 de enero de 1994 y el equipo Mens Sana derrotó al Millonario por 3 a 1. Hugo Guerra, Pablo Fernández y Guillermo Barros Schelotto, los héroes de la tarde en el elenco platense.

La final se jugó un jueves de enero por la tarde en la cancha del Lobo, con Roberto Perfumo debutando como entrenador tripero. Es que la dupla técnica formada por Carlos Ramacciotti y Edgardo Sbrissa había dejado el cargo y el Mariscal tomaba las riendas de un equipo que se consagraría campeón del fútbol argentino luego de 64 años.

“Se sentía la necesidad del hincha de Gimnasia de conseguir un título. Era muy importante para la gente que diéramos la vuelta, lo anhelaban. Lo logramos y vamos a ser por siempre el campeón del centenario. Puede haber uno del bicentenario, pero otro del centenario no”, comentó Javier Lavallén, héroe de la consagración del Lobo.

Consultado sobre el rol de Guillermo Barros Schelotto, el “Lolo” sentenció: “Guillermo era nuestra joyita, nuestra espada. Todos laburábamos para él, porque sabíamos que donde agarraba la pelota, él marcaba la diferencia. Era luchar, conseguir la pelota y dársela a Guillermo, para que él cree o defina la jugada”.

Al ganar la Copa Centenario, el Lobo consiguió un boleto directo a Japón para enfrenar al campeón de la liga del país nipón. Gimnasia y el Verdy Kawasaki se enfrentaron por la Sanwa Cup (patrocinada por un banco), que en aquel entonces era algo similar a la Suruga Bank pero con una diferencia: no era oficial.

El partido comenzó a favor de los platenses que se pusieron en ventaja a los 26 minutos de la primera parte con el gol de Hugo Guerra. Así se fueron al descanso y en el inicio del segundo tiempo empató Kazuyoshi Miura. El partido se definió por penales y los japoneses fueron más contundentes a la hora de los tiros del punto penal y ganaron por 4-2. No sólo se quedaron con la Copa sino que además con el premio de 300 mil dólares, acordado de ante mano para el vencedor.