Sueños liguistas...
Augusto Pontón, figura del ADIP campeón, llega a Gimnasia para ser dirigido por Lucas Lobos. En su momento, el técnico de la Cuarta división Tripera tuvo una historia similar. Diario Hoy repasa los casos de traspasos más emblemáticos de la Liga Amateur al Lobo y al León.
Si bien el presente institucional no es el mejor, la Liga Amateur Platense viene creciendo a pasos agigantados. En las últimas temporadas, varios jugadores surgidos del ámbito liguista pegaron el salto a clubes del ascenso. Y también hubo un caso excepcional: Augusto Pontón, figura del ADIP campeón, fue seguido de cerca por la Secretaría Técnica de Gimnasia y tras algunas charlas, el joven de 18 años selló su vínculo con el Lobo para sumarse a la Cuarta división comandada por Lucas Lobos. Cabe recordar que el exquisito número 10 llegó al elenco albiazul desde Unidos de Olmos. Repasá los otros casos que se dieron a lo largo de la historia.
Juan Martín Turchi, de la Cuarta división de Asociación Nueva Alianza a la Primera de Estudiantes (1995-1999). Fue uno de los delanteros que más prometía desde que surgió Martín Palermo y por eso generó mucha esperanza. Integró la camada del “Potro” Fúriga y se asentó como titular en un partido ante Argentinos Juniors: entró faltando 5 minutos y metió el 1-0 sobre el final. Al partido siguiente frente a Platense, sucedió lo mismo. Desde ese entonces, agarró continuidad y cuando se estaba ganando el puesto, una patada en la rodilla frente a Boca le hizo un corte que lo dejó afuera bastante tiempo. Tras quedar libre, emprendió viaje a Italia donde probó suerte en ligas menores sin mucho éxito.
Alejandro Nicolás, también conocido como el “jugador sin apellido”. Nacido en Tolosa, surgido del club Rivadavia y con un paso destacado en Fuerte Barragán, llegó al Pincha en 1997 tras superar una prueba de la que participaron 1.000 jugadores. Los que compartieron vestuario con él, lo describen como un gran jugador pero mejor persona. Sin embargo, tapado por Galletti, Farías, Fúriga, Temporini y Piersimone, entre otros, jamás tendría un lugar de privilegio en la consideración de los entrenadores. Cansado y desilusionado por temas extrafutbolísticos, en julio del 2000 se desvinculó del club. Si bien contaba con la presunta posibilidad de ser contratado por el Tenerife de España y de realizar una prueba en el Racing de Santander, arregló con el Arezzo de la C1 de Italia, donde estaba Turchi. Y obviamente en las divisiones de ascenso, como a tantos otros, se le perdió el rastro.
No llegaron a Primera...
Seguramente sean muchos los casos de jugadores liguistas que probaron suerte en el Lobo o el León, pero sin la posibilidad de llegar a debutar en la máxima categoría. Uno de los tantos casos es el de Nicolás Regina, campeón con Estrella en 1992 y que pasó a la Cuarta división de Estudiantes en 1993.
Otro caso emblemático es el de Juan Ignacio Giorgetti, tecladista de Los Totora. Con apenas 4 años ya jugaba, junto a sus dos hermanos, en las canchitas de Brandsen. Siguió en Nueva Alianza, pero a los 14 años se dio el gusto de ingresar en las inferiores del club de sus amores: Gimnasia y Esgrima La Plata. Con edad de Sexta llegó a jugar en Cuarta y en Reserva. Luego dejaría el verde césped para abocarse a la facultad. En aquel entonces, la música era un hobby en su vida.