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Un día libre, mil enojos: el Pincha en el ojo de la tormenta

Tras la caída ante Unión y una semana para el olvido, Eduardo Domínguez le dio descanso al plantel en pleno incendio. El mal presente deportivo, las salidas, la falta de respuestas y una hinchada que no aguanta más. ¿Hasta cuándo se sostiene? Estudiantes vive días oscuros.

Después de un semestre plagado de frustraciones, eliminaciones y finales perdidas, el arranque del Torneo Clausura no trajo alivio. La derrota 1-0 frente a Unión en Santa Fe dejó expuestas todas las falencias de un equipo que parece sin rumbo. Pero lo que encendió definitivamente el malestar de los hinchas fue una decisión inesperada: el cuerpo técnico encabezado por Eduardo Domínguez le otorgó día libre al plantel profesional, apenas horas después de otra actuación decepcionante.

El clima ya estaba caldeado. A la caída en la final de la Supercopa Internacional frente a Vélez, se sumó la eliminación ante Aldosivi en Copa Argentina y una racha de 12 partidos sin triunfos a nivel local, contando el cierre del Apertura y el debut en el Clausura. En ese contexto, los hinchas esperaban autocrítica, trabajo y respuestas. Pero se encontraron con fotos de jugadores distendidos y un técnico que, en conferencia, comparó su situación con la de Guardiola.

Domínguez eligió resistir. “Esto recién arranca”, dijo en Santa Fe. Pero la imagen de su equipo preocupa. Sin respuestas en cancha, con jugadores fuera de nivel y sin conexión con las tribunas, Estudiantes parece navegar sin timón. Y aunque el gran objetivo del semestre sea la Copa Libertadores, el presente golpea con fuerza.

Como si eso fuera poco, el plantel comienza a desarmarse. Luciano Giménez ya se despidió oficialmente y jugará en Huracán. Mientras tanto, Lucas Alario, otro que no logró consolidarse desde su llegada, también estaría evaluando una salida. El club se enfrenta a una reestructuración profunda en medio del caos.

El malestar también se refleja en la falta de reacción en las redes sociales oficiales del club, donde miles de hinchas descargan su bronca. Nadie da explicaciones, ni dirigentes ni futbolistas. En UNO hay silencio, pero afuera, el murmullo es cada vez más ensordecedor.

Domínguez, respaldado por la dirigencia, se mantiene en su cargo. Pero la paciencia de la gente está en su límite. Y aunque el duelo ante Huracán en UNO parezca uno más del calendario, puede transformarse en decisivo.

Porque un día libre más, una derrota más, una declaración fuera de lugar más… y ya no habrá vuelta atrás.

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