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Un golpe al corazón

Gimnasia cayó 2 a 0 contra Banfield y entre semana deberá jugar un partido de desempate ante Colón para saber si puede seguir en Primera o juega en la B el año que viene.

No es momento de reproches. Mucho menos de lamentos ni autocrítica. Gimnasia debe salir adelante como sea después de haber perdido 2 a 0 contra Banfield en el contexto de la última fecha de la Zona A de la Copa de la Liga Profesional.

El destino le dio una chance más al por momentos desorientado equipo de Leonardo Carol Madelón, que ayer se mostró combativo con Tarragona y Ramírez, pero vulnerable con Cabral, Durso y Guiffrey en la última línea.

Casi como viene ocurriendo durante todo el año, el Lobo salió a jugar el partido con lo que tiene. No se puede pedir mucho más. Nadie tiene la receta para dilapidar el capital deportivo en 11 meses, aunque daría la sensación de que el equipo hizo todo lo posible para que le lluevan críticas de este estilo.

De nada sirvieron los más de diez días de preparación que había tenido el entrenador antes de enfrentar a Banfield, porque en el campo de juego no se vio una estrategia nueva. Gimnasia salió a jugar con más ímpetu y nada más.

El equipo empujó y acorraló por momentos a su rival durante la primera media hora de partido, pero cuando el Taladro se propuso atacar encontró muchas facilidades. Allí empezó a pesar el factor psicológico, ya que los nervios se mezclaron con la presión y los errores de posicionamiento surgieron como resultante de la incertidumbre por lo que estaba pasando en otras canchas.

Cuando en el amanecer del segundo tiempo Durso no pudo responder ante un mal rechazo de Cabral que se terminó metiendo en su propio arco, Gimnasia sintió que se le inclinaba definitivamente la tarde en contra.

El equipo se apuró, se desordenó y con el pretexto de dejar todo por la causa, casi terminan echando a Enrique, mientras que Eric Ramírez recibió otra tarjeta amarilla condicionante.

Con los cambios, y en especial con el ingreso de Benjamín Domínguez, el Lobo encontró más frescura en los últimos metros y estuvo cerca de llegar al empate.

El arquero de Banfield respondió con certezas y en un contragolpe letal el Taladro liquidó el pleito con una definición en los últimos minutos.

En el contexto de una tarde dramática, las noticias que llegaban desde Santa Fe y de Liniers le terminaron dando un premio consuelo al Lobo: no se logró el objetivo de salvarse del descenso, pero todavía le queda una ficha más. A no desperdiciarla...

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