entrevista

Adriana Salgueiro, una diva de la actuación

En diálogo con diario Hoy, la actriz recorrió sus mejores recuerdos y presentó los proyectos que tiene por delante.

Reconocida como actriz de cine, televisión y teatro, Adriana Salgueiro dialogó con diario Hoy para transitar su trayectoria. Además, precisó los detalles de sus propuestas como también sobre el trabajo que viene.

—¿Cuál es el balance de tu carrera profesional en cine, teatro y televisión?

—El balance que realizo sobre mi carrera profesional es sumamente positivo empezando porque hace 48 años que trabajo. Además, todavía estoy vigente entonces obviamente he hecho cosas buenas, cosas malas; he tenido éxitos como también fracasos, pero siempre es un balance absolutamente más que positivo.

—¿Bajo qué circunstancias te adentrás en la actuación? ¿Qué recuerdos tenés al respecto?

—Más que en el teatro, mi debut fue en un music hall más que con la comedia, pero siempre había hecho sketchs o lo que fuera en la televisión. Entonces, llegó de casualidad y es justamente un género en el que me siento como un pez en el agua, porque lo disfruto un montón y la gente también.

—¿Cuáles son los límites a la hora de hacer humor?

—Los límites a la hora de hacer humor en realidad tienen que ver con el buen gusto. También, en la actualidad, hay cosas que ya no se pueden decir más. Con respecto a ello, estoy totalmente de acuerdo. En mi caso, me gusta el humor de buen gusto, sencillo y familiar.

—¿En qué proyectos estás inmersa en la actualidad?

—Ahora estoy haciendo un programa de radio que sale a diario. Estoy fabulosa con eso. Después siempre estamos pergeñando, armando proyectos a futuro que tienen que ver con el teatro. Se trata de una obra que tiene dos personajes y que a mi me encantaría hacer. Esta propuesta sería para el inicio de la temporada de invierno porque ya la de verano arrancó. Después, tuve dos llamados importantes de la televisión que esperemos se concreten.

—¿Qué recordás de la época del modelaje? ¿Y de los primeros roles?

—En realidad trabajé muy poco tiempo. Por casualidad, gracias a la tapa de una revista, me llamaron para hacer mi primer papel y me di cuenta de que era mi verdadera vocación. Además, me parecía como una especie de juego, aunque siempre fui muy responsable y cumplidora. Esto era un juego por el que me pagaban por actuar. Luego, me di cuenta de que era mi carrera y profesión, y lo fue mi vida entera.

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