Agustín Aristarán: “Matilda tiene todo lo que tiene que tener”

Imparable, el multifacético artista asume nuevos riesgos en cada proyecto y en este se anima, por primera vez, a encarnar a un personaje clave en una obra musical.

Agustín “Soy Rada” Aristarán nos tiene acostumbrados a la sorpresa. Conductor, actor, cantante, mago, y ahora suma su transformación en Tronchatoro para Matilda, el musical, que desembarcó en el teatro Gran Rex de la avenida Corrientes. Con él hablamos sobre este gran proyecto.

—¿Cómo te llegó la propuesta? ¿Qué se te pasó por la cabeza cuando te dijeron: “Vos sos Tronchatoro”?

—Mucha alegría y agradecimiento. Y miedo también. El desafío de hacer una mujer, mala, completamente diferente a lo que yo propongo o por lo menos a lo que está acostumbrada la gente a ver.

—¿Pero tenías ganas?

—Obviamente. Por eso te dije que alegría. Sí, obvio. Todo lo que tenga que sea bien diferente a lo que hago yo me da muchas ganas de hacerlo. Por supuesto, siempre me pasa eso. Cuanto más cagazo me da la propuesta, más me divierte hacerlo.

—¿Qué tuviste de referencia a la hora de armarla?

—Lo estoy armando, la verdad es que lo estoy armando todavía. Tuve la suerte de verla en vivo, este musical, en Broadway y en Madrid. A Londres no llegué por poquito, justo cuando estaba allá, estaba en descanso la obra. Amo la historia, me parece que es una historia que todos vimos mucho de diferentes formas y el musical es una exquisitez todo lo que pasa. Cuando me llega esto, digo: “Bueno, ¿qué impronta le voy a dar yo?”. La van a ver en el teatro porque tiene lo lúdico y lo gestual que a mí me gusta mucho, pero sin olvidarme de que es la villana, y el director y la propuesta de la obra, Ariel del Mastro, quiere que sea mala de verdad.

—¿Es tu primer personaje malo?

—No, hice Aladdin, que también hice el malo. En ficción audiovisual hice casi siempre de malo. De hecho, en El reino 2 soy malo ­también. Las películas que hice fueron personajes que son soretes. Y acá es un lugar nuevo, completamente nuevo. Una mujer, grandota, mala.

—La comedia musical es un mecanismo de precisión, vos ya has hecho tus espectáculos, pero ¿qué tiene de distinto Matilda?

—Matilda tiene todo lo que tiene que tener. Tiene mucha comedia, tiene música muy buena, canciones que se meten adentro y no te las sacas más. Tiene mucha ternura por parte del elenco de niños que son los protagonistas, es increíble lo que hacen los pibes ahí, y sobre todo los elencos que hay acá, son de otro planeta el talento que tienen. Tiene maldad, hay momentos en los que da miedo, y tiene lo que todos esperamos de una historia que la que sufre deje de sufirir y el malo o la mala reciba su merecido.

—El musical está adaptado a nuestra idiosincrasia, ¿por qué creés que nos sigue atrapando Matilda?

—Es reloco, pero creo que es por la historia, es una historia que atrapa, yo siento que es como las películas de Pixar con los niños y con las niñas, se descontrolan con la historia, pero con la película vieja se descontrolan, se sigue viendo mucho, la encontrás en la tele y no la podés dejar de ver.

—Vos venís del humor. ¿Qué nos está pasando con el humor?

—Nos está pasando como sociedad que entendimos que hay un montón de cosas que las veníamos haciendo mal, o diciendo mal, entonces creo que en el humor es la primera forma en la que uno puede decir: “Ah, eso está mal porque está diciendo algo que ya no se puede decir”. Yo siempre creo que si el chiste es bueno, se puede decir, si está bien pensado, se puede hacer chistes con cualquier cosa. Inclusive, mirá División Paler­mo, un gran guion que se le permite hablar de esa manera porque está hablado desde la comedia. No está ha­blado desde la gilada de bardeo al más débil. Está hablando desde la comedia, una comedia pensada, escrita y hecha por gente que sabe escribir. Entonces se pueden hacer chistes sobre gente que anda en sillas de ruedas, ciegos.

—Antes se hacían chistes en los velatorios...

—Bueno, todos los que se horrorizan, agarrale el WhatsApp de cualquiera, nadie resiste a una revisada. Es imposible el chiste que nos mandamos ahí.

—¿Cómo sigue el año de trabajo?

—Estrené El reino, se viene Matilda, el musical, después este año me voy de gira a Europa, de vuelta a una gira un poco más extensa, con más países, y vuelvo para un nuevo espectáculo de magia y comedia para fin de año.

Las “Matildas” cuentan todo sobre la obra

Catalina Picone, Isabella Sorrentino y Victoria Vidal son las tres actrices infantiles encargadas de darle vida a Matilda en Matilda, el musical, que ya se estrenó en el teatro Gran Rex de la ciudad de Buenos Aires. Con ellas hablamos y nos contaron sus impresiones sobre encarnar a tan icónico rol.

—Victoria Vidal: Una alegría inmensa para mí. Cuando me lo dijeron, no lloré, pero sentía que iba a romper el piso de mi departamento. No lo podía creer. La verdad es un sueño hecho realidad para mí.

—Isabella Sorrentino: Cuando me enteré, lo primero que se me vino a la cabeza es: “¡Voy a estar en Matilda! ¡Voy a estar en el Gran Rex!”. Porque es mi primera obra y estoy muy contenta.

—Catalina Picone: Cuando supe que era Matilda, como que lloré, estaba en la escuela, y me decían: “¿Qué pasa?”, y yo dije: “¡Quedé para Matilda!”. No lo podían creer.

—Matilda cuenta la historia de una nena que en su casa no la tratan muy bien, tiene determinados poderes y mucho más, pero ¿qué es lo que más les gusta de Matilda?

–VV: Que es inteligente, muy valiente, lucha por su libertad y por la de sus amigos.

–IS: A ella le encanta leer, a mí me encanta leer.

–CP: Que ella lucha por su libertad, por la injusticia y da todo para ella y para sus amigos, hasta que obtiene su venganza.

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