entrevista

Agustina Macri: “Es un momento muy necesario, más que nunca, de contar historias así”

La realizadora, que ha retratado en el audiovisual a grandes mujeres, vuelve con una propuesta tan entrañable como imprescindible.

Soledad Rosas, Máxima de los países bajos, y ahora Miss Carbón, son algunas de las producciones con las que Agustina Macri ha logrado posicionarse en el audiovisual a fuerza de talento y convicción. Ahora con Miss Carbón, dirigiendo a Lux Pascal, nos trae la historia de Carla Antonella Rodríguez, la primera minera trans de Argentina. Hablamos con Macri para saber más de la película.

—¿Por qué contar la historia de Carlita?

—¿Por qué no? No encuentro ninguna razón por la que no. Siempre me preguntan, ¿por qué la elegiste? Y digo, por muchas razones y eso, no encuentro ninguna que no. Digo, porque es una historia increíble de lucha, de fuerza, de superación. Es una historia de una mujer trans valiente que fue en contra de un sistema tan particular, tan cerrado, tan machista. Y porque me parece que es un momento muy necesario, más que nunca, de contar historias así. Y porque todo el universo que además también proponía era lo más cinematográfico del mundo. O sea, meterte adentro de una mina, estar en la cordillera. Es como que la película me parecía como que tenía mucho potencial fotográfico. Y bueno, el personaje de ella, una vez que lo conoces, te enamoras. Igual me enamoré la historia antes de conocerla a Carlita. Carlita fue como una confirmación y siempre digo, como para mí, las pelis, cuando uno las elige, son como que tienen muchas capas. Y como que al principio para mí la elegí por una razón, pero después como que vas descubriendo y sacando capas y te vas dando cuenta como que la seguís eligiendo por nuevas razones. Está buenísimo y bueno, porque se arman comunidades también de familia. Y siento que en una peli así también se arma como comunidad, unirse para contar.

—En el último tiempo vos estás contando historias de mujeres, diferentes, diversas. Pero en esta película también hay algo muy luminoso, más allá de lo que nos enteramos y que nos hace ir a buscar información y demás. ¿Cómo fue un poco el proceso de entender que tenía que ser así la historia y no algo súper dramático, por ejemplo?

—Como a nivel personal sentí que después de Soledad quería hacer una peli que terminara bien. O sea, era algo necesario que me debía fundamentalmente a mí misma. Y apareció Carlita. Y Carlita ya tenía una fuerza propia y Erika Halvorsen ya venía del guión con un impulso. Con esta idea de contémos la historia del mundo desde un lugar de superación. Si alguien que viene de donde viene, como Carlita, logra ese mensaje poder llegar al mundo, como que ese impulso de luz y de fuerza enseguida comulgó con la idea de las productoras españolas. Siempre propusieron eso y fue como algo, te diría, como medio un mantra del proceso. Es una película luminosa, es una película que te sorprende. Y en el final, que no lo quiero spoilear, pero hay algo del espíritu de lo que yo quería que te pasara al final. Es como una mezcla de emociones. Obviamente te vas a emocionar. Para mí, sí y que siempre intentamos que perdurara. Es desafiante. Porque creo que la historia, y lo dice incluso la misma Carlita, como que la historia fue mucho más fuerte. En el Sur, además, ahí hay una carga terrible. Pero la película es como que muestra un poco de esperanza dentro de todo ese universo tan ofensivo. En el cual estaban sumergidos todos los personajes. Había tenido en un momento, me acuerdo que cuando recorríamos las casas en los primeros scoutings mucha gente nos decía, Uy, siempre hacen películas fantásticas y nosotros siempre parecemos tristes. Y como que hubo algo de eso que lo tomé como una responsabilidad. Digo, más allá de que las películas que se hicieron ahí me gustan mucho. No sé, de Pablo Trapero, de Nacido y Criado. O la de Fernando Salem, La muerte no existe y el amor tampoco.

—¿Cuándo apareció Lux?

—Bueno, Lux. Como cuento siempre. Fue como un poco nuestra primera opción. Hicimos bastante codo a codo todo el proceso ese creativo con Erica. Porque, digamos, era una situación muy particular. Tener a una guionista que haya vivido ahí, que haya nacido ahí, que haya crecido ahí y que sentía este llamado a escribir esta película. Para mí era muy importante respetar su mirada. Fue muy generosa conmigo en incorporar lo que tuviéramos que incorporar y darle más fuerza al guión. Cuando empezamos a pensar en opciones, apareció Lux arriba de la mesa y no terminaba de haber como otra opción que nos atrajera tanto. Y dijimos, bueno. Empecemos por ella y vemos cómo nos va. Entonces, siempre digo que al final fue nuestra primera y única opción.

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