Entrevista Exclusiva

Alcides: “Violeta me transportó a ser un cantante internacional”

En una charla íntima con este multimedio, el cantante se expresó sobre su carrera y el largo camino recorrido.

Nacido en Río Cuarto, ­Córdoba, Alcides se forjó en la música como un hobby que luego mutaría a oficio a tiempo completo.

De esta manera, con esfuerzo y perseverancia, incursionó en la escena desde su adolescencia para luego crecer. Entrado en la adultez, logró salir de su provincia para embarcarse en una odisea, como fue la de instalarse en Buenos Aires para probar suerte.

Allí, corría el año 1989 cuando comenzó un proyecto junto a 12 músicos y los shows fueron un éxito, pues a los meses realizó su primer concierto en un teatro a sala completa. En este sentido, logró instalar la cumbia como género principal sentando un precedente junto a otros colegas de la época.

Asimismo, fue el culpable de ­éxitos notables como Violeta, Ay negrita de mi vida, la reversión del clásico infaltable en cualquier ágape o festividad Sopa de caracol, entre otros.

Gracias a la predilección de las generaciones, su obra ha traspasado el tiempo y las fronteras. También fue adoptada por las hinchadas de fútbol que las adaptan según sus momentos históricos entonándolas con fervor y pasión.

Con éxito eterno, el intérprete gestó trabajo para sus compañeros del proyecto integrado por músicos, asistentes, técnicos, bailarinas entre otro, realizando hasta 18 shows por fin de semana. Sin embargo, el impulso profesional también tuvo su costo puesto a que no pudo disfrutar de lleno las relaciones sentimentales, la llegada de los hijos, el crecimiento, los cumpleaños o los momentos más íntimos. Además, este romántico empedernido se separó de sus parejas pero siempre apuesta al amor.

Agradecido a la vida por todas las fortalezas y bondades que le ha presentado, el galán de la cumbia sigue trabajando como siempre, gestando producciones o pensando en los shows venideros que han quedado suspendidos debido a la pandemia imperante del coronavirus que puso un freno a la vida tal como la conocíamos, aún más con esta segunda ola que acaba de llegar al país.

Durante una entrevista con diario Hoy, Alcides dio cuenta de sus secretos para mantenerse en eje mientras transita este momento. Además, recorrió la trayectoria construida, reflexionó sobre los inicios en Buenos Aires y los éxitos cosechados que fueron adoptados por todos los argentinos.

—Sos el responsable de Violeta, una canción que se convirtió en un clásico eterno. ¿Cómo siguió la existencia luego del hit?

—El gran éxito de Violeta marcó un antes y un después en mi vida. Al venir a Buenos Aires, yo aspiraba a ser un cantante solamente, un músico a nivel nacional, quería dejar de ser zonal. De esta manera, Violeta me transportó a ser un cantante internacional, pues hice muchos países más y vaya a saber en cuántos otros se escuchó o se está escuchando y a lo mejor lo ignoro. De igual forma, no me alcanzarían tres vidas para agradecer todo lo que la suerte y Dios me han dado mediante el tema.

—¿Cómo explicarías la vigencia de esta obra hasta la actualidad? ¿Por qué creés que siempre resuena en las festividades familiares?

—No sabría decir por qué prefieren Violeta y otros éxitos que tengo hasta hoy día, es demasiado tiempo. Imaginate que pasaron 32 años. Sin embargo, no puedo subirme a un escenario y no hacer mis clásicos como Ay negrita de mi vida, Lágrimas derramo por ti, Violeta, Sopa de caracol, Al olvido, borrón y cuenta nueva; si no, no sería yo. Hay veces que ni yo mismo puedo creer que estos temas tan viejos aún hoy sigan tan frescos, tan en la actualidad.

—Además, se suma que la música tropical de los años 80 y 90 tiene un revival constante a pesar del cambio de milenio y el surgimiento de otros géneros...

—La cumbia proviene de los años 60, la de los 80 y 90 va a estar presente siempre, sobre todo en el público, por más que alguien diga: No, nunca bailé una cumbia. Eso es mentira. La cumbia en sí misma será inmortal, porque es un ritmo que quedó marcado y ya van más de medio siglo, más de 50 años que continúa vigente. La han reformulado, pero la más marcada y la que quedó en la gente es la de los 80 y 90 presente en todos los sitios del país.

—Con una vasta trayectoria en tu haber, ¿cómo fue el contexto de ingreso a la movida tropical? ¿Por qué decidiste hacerlo?

—Fui el primero en llegar a Buenos Aires con mi historia musical. En ese entonces, estaba de moda el chamamé tropical, así fue que propuse una historia nueva mediante otros ritmos para toda la gente de la provincia. En este sentido, comenzó a gustar mi línea musical y mi banda era muy superior. Imaginate que éramos 12 músicos que tocábamos en vivo y así fuimos conquistando al público en general, de todos los niveles sociales. Tiempo después, vinieron otros profesionales más pero siempre fui el primero en proponer el ritmo, desde que llegué en 1989. Así me convertí en un cantante nacional e internacional.

—Tus éxitos llegaron a ser reversionados por las hinchadas de fútbol alrededor del globo terráqueo. ¿De qué manera viviste este hecho?

—A través del tema Ay negrita mía, la hinchada de Boca la adoptó primero de todos, luego todos los otros seguidores de equipos de fútbol le fueron cambiando la letra y por supuesto la modificaban con las del propio. Hasta el día de hoy está presente en todos. Es más, cuando falleció Diego Armando Maradona, que estaban por sacar su cuerpo de la funeraria, la gente que estaba presente, los hinchas, los barrabravas de diferentes equipos, la hinchada de Diego comenzaron a cantar este tema que me dio mucha emoción. Sentí un orgullo, es muy difícil contarlo. Otra circunstancia sucedió en 1989, me invitaron a la vieja Bombonera, anunciaron mi presencia, y toda la hinchada comenzó a cantar el tema. De esta manera, el partido era contra Independiente y esta hinchada entonó el mismo tema. Fue algo maravilloso, si me pincharan con un destonillador, ni lo sentís. Fue increíble, muy fuerte lo vivido con la hinchada de Boca por esos momentos.

—Con la llegada de la pandemia del coronavirus, las actividades abocadas al ocio, el entretenimiento y el espectáculo debieron suspenderse. En este contexto, ¿en qué proyectos estás inmerso?

—Por ahora no estoy en ninguna propuesta concreta. Sucede que en la manera en la que estamos viviendo con este virus, ya llevamos casi 14 meses parados. Si bien allá por noviembre habilitaron un poquito, pude trabajar un poco, siempre dentro del protocolo, y eran shows muy chiquititos. Es decir, destinados a 80 o 150 personas como máximo. También me propusieron realizar presentaciones en diversas fiestas clandestinas, pero no acepté el trabajo para estar en ninguna. De esta manera, solo cumplí con los eventos pequeños y respetando las reglas. En este parate no sabemos hasta cuándo, ni cómo, ni hasta dónde. En este sentido, hacer proyectos ahora es bastante difícil porque la verdad es que nadie sabe cómo seguirá o terminará esto. Es muy feo estar con la mente en blanco, así sin poder planificar, es todo tan complejo. Todo va cambiando según el instante y no hay margen para algo certero, bueno, lindo a largo plazo.

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