Entrevista Exclusiva

Antonio Birabent: “La música siempre me lleva a un lugar que me hace bien”

En una entrevista exclusiva para diario Hoy, el artista repasó su trayectoria y presentó sus actividades en la actualidad.

Con el arte como oficio, pero también como modo de vida, Antonio Birabent transcurre sus días entre las composiciones, la escritura, la edición y grabación de las obras que crea. Además, siempre está inmerso en algún proyecto que tiene relación con la música, al menos eso es lo que ocurre por estos momentos. Con una versatilidad consciente, Antonio Birabent también ama la actuación y así consolidó este costado en películas como Tango feroz, Pequeños milagros, Lisboa, Internet junkie, y Sola contigo, entre otros.

Asimismo, protagonizó Epitafios, una serie dramática y repleta de suspenso donde compartió el rol protagónico junto a Julio Chávez y Paola Krum.

De forma reciente, integró el staff de Edha, en la primera entrega de la serie que catapultó a Juana Viale del Carril como figura internacional bajo la producción de Netflix.

Por último, el teatro no le es indiferente y cuando la ocasión lo amerita, podemos verlo disfrutando sobre las tablas con alguna obra de su interés.

Durante una entrevista con este multimedio, el cantante recorrió su vasta trayectoria, reveló cuáles son sus principales inspiraciones y precisó los detalles de las inquietudes del presente.

—¿Cómo nace esta pasión por la música?

—Sinceramente ni siquiera sé cómo nace. En parte fue algo familiar, por supuesto. De igual forma, cuando fui haciéndome grande, y comencé a tomar mis propias decisiones sin tener que ver con el entorno inmediato, la música siempre estuvo resonando en algún lugar del cerebro. Además, la música siempre me lleva a un lugar que me hace bien. En este sentido, trato e intento estar siempre cerca.

—Además de ser músico, a lo largo de tu carrera trabajaste en otras aristas, como las producciones audiovisuales, teatrales y también en el éter. ¿Tenés proyectos en relación a la actuación y la radiofonía?

—Estos tiempos han sido muy musicales. Dejé el programa de radio que hacía en Nacional Rock, puse manos a la obra para armar un podcast llamado La vorágine calma, pero este año no retomé ninguno de estos proyectos. En relación a la actuación sucedió lo mismo, no hice nada y, a cambio, grabé cinco discos, de los cuales tres de ellos salieron el año pasado. Sin embargo, tampoco es algo que me preocupe, siento que, en algún momento, la actuación va a llegar, o puedo llegar a producir algo que tenga que ver con ello. Esta arista de la profesión es una inquietud que sigue estando, que me gusta, que la disfruto, pero bueno, son momentos. Así es como lo tomo.

—Con tantos contextos, temáticas y paisajes alrededor, ¿qué fuentes inspiracionales encontrás a la hora de componer?

—Debo decir que me inspira casi todo, desde leer, mirar por la ventana como también una frase escuchada al paso o la luz que se refleja desde un edificio. Si estoy colocado, es decir despierto, son muchas cosas, como puede ser la música, un acorde o las demás personas. En los últimos tiempos, hice muchas cosas con mi papá pero también armamos una banda llamada Las lenguas muertas junto a Ariel Minimal. Además me inspira el otro, aquél o aquella que está enfrente, una persona que puede servir de espejo.

—En relación a los proyectos y variedades de ­propuestas existentes y emergentes en la esfera artística, ¿qué mirada tenés con respecto a la escena actual?

—Nunca sé qué responder con respecto a esto porque me parece que no se trata de algo estanco o definido, ni la escena ni lo actual. Es decir, se trata de algo que cambia, que es heterogéneo, hay tantas cosas y tan distintas. En este sentido, a mí me interesa cuando hay actividad, cuando veo inquietud, y si bien tenemos tantos quilombos, tantas falencias en nuestro país, entre las virtudes que se destacan, es que esa inquietud artística está despierta. De esta manera, eso se convierte en un caudal fuerte, eso me gusta mucho, quiero decir, que haya gente haciendo cosas, y encima que sean propuestas distintas. Eso siempre es una motivación.

—¿Qué sensaciones aparecen ante el hecho de continuar compartiendo proyectos con tu papá?

—Siempre es una alegría, sé que se trata de algo distinto, es algo muy especial, y muy personal. De forma reciente, grabamos y editamos La última montaña, de hecho jamás pensamos que íbamos a volver a hacer un disco, juntos. Hace diez años hicimos Familia canción, un disco que quisimos un montón y esto es una yapa inesperada que nos da alegría, mucha satisfacción a pesar de toda la situación que nos rodea. Así fue como pudimos tocar, realizar algunos conciertos, y esperemos hacer muchos más, por supuesto.

—Tras la llegada de la pandemia, las actividades culturales, artísticas y aquellas dedicadas al entretenimiento se suspendieron, luego tuvieron una apertura paulatina que ahora presenta restricciones. En este contexto, ¿qué planes te traés entre manos para esta segunda ola?

—Los proyectos no son muy distintos a los de siempre y están dados por componer, grabar, seguir haciendo música, disfrutando así de esta comunicación. Hay que seguir adelante con la vida, estar contento, entender la alegría de, todos los días, poder tomar la guitarra y cantar. Además, poder estar en contacto con los otros a través de una expresión artística, de algo escrito, una interpretación. Todo ello es un gran privilegio y bueno intento, trato de estar cerca de esa noción.

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