Carolina Ramírez y Sofía Dieguez protagonizan Unicornio

El jueves llega a los cines la película de la realizadora NAtural Arpajou.

El jueves llega a los cines Unicornio, de la realizadora Natural Arpajou, protagonizada por Nancy Dupláa, Camila Azul Sosa, Carolina Ramírez y Sofía Dieguez, una propuesta que indaga en el universo femenino y en la vida de cuatro amigas. Para conocer más de la propuesta, de la que también participan Srta. Bimbo, Susana Varela, Nicolás Pauls y Sebastián Francini, y que transita diferentes momentos de un grupo de amigas que a pesar de los obstáculos y las difíciles y dolorosas pruebas que les pone la vida, hablamos con Ramírez y Dieguez.

—¿Cómo fue crear cada una al ­personaje y esta relación bastante particular, el día y la noche, el agua y el aceite, que nosotros vemos en la película?

—Carolina Ramírez: Bueno, crear, bueno, parte de la base de lo que Natural como directora quería y pretendía del personaje. Obviamente lo escribió un poco para nosotras, entonces sí, obviamente iba a explotar al máximo pues estas capacidades histriónicas que cada una podía tener, en el caso de Sofi. Sofi canta, tiene una presencia escénica trabajada, yo con el tema de la danza sabíamos que podíamos explotar algo ahí, y bueno, así lo quiso Natu y así se hizo y para eso se trabajó. Con respecto, digamos, a las relaciones o a lo que pasa en el universo amoroso de cada uno de los personajes, también entender cuál era la historia que quería contar, ¿no? Natu como directora y en su libro y en su historia, cuál era mi versión del amor, la versión de Amanda, particularmente.

Para eso también, obviamente, la intervención de John, mi compañero que fue fundamental ahí y lo más importante es esa conexión que pudimos encontrar nosotras como colegas, después ya como amigas y ahora ya como hermanas en que precisamente Unicornio y esa sororidad y ese objetivo que queríamos alcanzar y es precisamente contar cómo el amor trasciende más allá de estos estándares o de esto que conocemos como las reglas básicas del amor a algo mucho más grande y algo mucho más poderoso que es esa comunión y ese lugar que encontramos las mujeres también para cuidarnos.

—Sofía Dieguez: Y como vos dijiste, ellas son el agua y el aceite, ¿no? Y también hace que primero que no, bueno, vos te pareces un poco más a Amanda, las dos tenemos mucho más de Amanda. Yo soy muy amazónica, digo, no me pasaría lo que le pasa al personaje, y me parece que esta diferencia que hace, las complementa porque ella es toda fuerte y toda impulsiva y la mía es como más se observa, se calla, trata de poner paños fríos y es la que la baja a ella, como que de todas las demás la única que le pone, pero después de la que la cuida. En­tonces es como que la puede la puede apaciguar un poco y la realidad es que nosotras como dijo Caro somos amigas hermanas porque hemos construido un vínculo desde un tiempo anterior desde el momento que surgió el proyecto por cosas de la vida. Caro se vino a vivir acá y fue pandemia y estu­vimos juntas casi toda la pandemia y ahí nació una amistad hermosa entonces llegamos a grabar con esta amistad real y que hizo que sea más verosímil.

—A mí me decías que sos como muy diferente a Diana. ¿Es más difícil cuando te toca un rol así, cuando es completamente diferente a uno, o es más fácil?

—SD: Tenés que buscarlo de otra manera, por lo menos para mí, buscar otras facetas tuyas. Digo, si bien es diferente, tiene mucho de mí, de una parte de mí. Lo que pasa es que yo en general soy como más impulsiva, yo no me callo y ella como más sumisa, tiene más miedo, no sé si la palabra es miedo pero es más cuidadosa en un montón de cosas no se arriesga, se queda donde está porque bueno, mejor tener algo bueno, entonces es buscar eso en vos y nada, cuando la vi realmente como también puedo romper con Sofía, no estás viendo quién es Diana. Obviamente, si hubiera sido un personaje mucho más power, más como soy yo, me hubiera salido más.

—CR: A mí realmente los personajes contrarios a mí me cuestan menos porque puedes poner todo en riesgo. Cuando los personajes se te parecen, me parece que hay que ser mucho más cuidadoso. No me gusta que los personajes se parezcan a mí, no me interesa poner, aunque uno pone cosas de uno y uno pone su instrumento principal que es el cuerpo, lo pone ahí, no me gusta poner cosas en juego de mi yo, mi yo está ahí para tener las herramientas necesarias como actriz para poder hacer y encarnar cosas que no se me parezcan en nada y poder irme al infinito y al más allá, en ese sentido digamos que podría ser un poco más fácil pero pues tampoco, en el arte del estar en otros es muy diverso y siempre depende de las partes. En este sentido y en este lugar dependió mucho obviamente de la dirección, la directora es fundamental, para mi es vital creer mucho en la dirección para poder entregarme de lleno y poder convertirme en otro, un poco cuando no crees o no confías en quien te dirige es más difícil soltar y resignar ciertas cosas. Estás como un poco más, sí, como más alerta. Me gusta esta cosa de despojarme y de entregarme por completo a que alguien me moldee, o moldee ese personaje.

Ser dirigidas por una mujer

—Hablaban antes de la sororidad y de Natural Arpajou, la directora. ¿Ustedes vieron alguna diferencia cuando son dirigidas por un hombre que por una mujer? Y en el caso de esta película, ¿era necesario que la dirigiera una mujer?

—Carolina Ramírez: Sí, me parece que es una película de Natural, es Natural. No me imagino siendo dirigida por otra, y más, ella la escribió, la idea es de ella, o sea, es su película. Y el cine es un poco así, en el cine acompañamos esa idea, esa primera idea, y está este hijo que pertenece al director. Digamos que cuando he sido dirigida por hombres pues son sus historias, entonces desde ese sentido no creo que valga la pena poner acá como no es que por los hombres se dirige de una manera, las mujeres estamos en un lugar o estamos en otro. No. Es la película de Natural, y afortunadamente estamos acá y afortunadamente estamos defendiendo un poco también lo que ya ha defendido tanto y lo que me ha enseñado a mí un montón, este movimiento feminista, lo he venido aprendiendo con estas chicas y en este lugar y con esta historia, creo que hay muchas cosas que ya también se reafirman.

—Sofía Dieguez: Sí, sobre todo que mientras iba escribiendo el personaje, con Natu venimos a un proyecto anterior donde nos hicimos muy amigas, entonces me escucho mucho en cuanto a la cual es la realidad. Si bien mi realidad, como siempre digo, de mujer trans no es la misma realidad que tiene la gran mayoría porque yo he crecido abrazada, con amor y con padres amorosos y educación y todas las herramientas que le corresponden a cualquier otra persona, cuando hablamos de despertar sexual o hablamos de qué pasa con nuestra sexualidad o cómo el mundo nos lee, o qué el mundo cree de eso fue muy importante que Natu pudo plasmar en un montón de situaciones, mira, pasa esto, suele pasar esto, no se habla de nuestro placer sexual porque parece más la palabra, porque parece que cuando ya hablar de una mujer que disfrute el sexo es como medio tabú. Hablar de una mujer trans disfrutando el sexo es pornográfico directamente. Entonces, poder contarlo de las maneras que lo cuenta ella, desde una manera como muy cruda, de una manera muy onírica, porque pasa por todos los estados, no me imagino otra persona y eso fue fundamental para sentirme cómoda en lo expuesta que estuve en muchas escenas también.

¿Por qué hay que ir a los cines a ver Unicornio?

—¿Por qué hay que ver Unicornio, cada una, sus razones?

—Carolina Ramírez: Bueno, es una película pertinente. Es una película que llega en un momento en el que se está hablando de eso y creo que el público está preparado también para recibirla. Porque es cine argentino y al cine hay que darle la pelea al argentino, al latinoamericano en general, alrededor hay muchas personas que viven de esto, es una industria de la cual también se defiende la identidad, llevándome al cine colombiano nuestra identidad se marca ahí, el cine marca la identidad de las naciones y de los lugares y de su cultura y de lo que cuenta y porque la película es hermosa realmente pudimos verla en un lugar muy íntimo y sin ponerme en este lugar de la crítica yo me siento muy muy orgullosa de este trabajo.

—Sofía Dieguez: Me parece fundamental porque los cuatro personajes son cuatro matices y colores diferentes. Creo que todas las personas que la pueden llegar a ver se van a sentir identificadas con una, con dos o con todos los estados de los personajes porque ellas son como estados muy definidos, y no solo de ellas, sino de quie­nes las acompañan me parece que es una película que refleja eso. Es im­portante que sea cine argentino, que hay que acompañar, que tenemos que apoyar, que es una apuesta a seguir adelante en estos tiempos donde todo es efímero, todo pasa como si nada y construido desde el amor, y les puedo asegurar que sí se van a ir con algo que les va a quedar haciendo ruido en la cabeza, y eso es importante. Hay que incomodar, hay que incomodar más.

Noticias Relacionadas