Cecilia Carrizo: “Es un desafío que para mí era importante atravesarlo”

Casi como una catarsis, la recordada Caramelito se desnuda en cuerpo y en alma para homenajear a su hermano Martín.

Cuando Martín, el hermano de Cecilia Carrizo, le contó que había sido diagnosticado con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) su mundo se vino abajo. Pero decidió acompañarlo hasta sus últimas horas con alegría y esperanza. Sobre ese vínculo ella habla en Solo te lo quería decir, su unipersonal, que se presentará nuevamente mañana en el teatro Picadero (CABA) y en la que desanda el vínculo tan especial que tiene con su hermano. Dialogamos con ella para conocer más de la propuesta.

—¿Cómo estás viviendo el post estreno? ¿Cómo fue bajar después de ese subidón que fue estrenar esta obra?

— Es muy emocionante para mí, es muy fuerte. Tomé como la verdadera dimensión de lo que significaba llegar ahí con la obra, estrenarla, contarla, mostrarla. Es como de verdad eso, haber tomado conciencia de la dimensión de lo que representa para mí, en lo artístico y en lo personal.

—¿Es la primera vez que vos hacés un unipersonal?

—Sí, es la primera vez y además es autobiográfico y, bueno, claramente tiene todo lo que implica para mí. Digamos, artísticamente me parece como algo, que si bien no lo había hecho nunca, por lo cual hay que animarse también. Por eso me lo preguntan, siento que es como un desafío que para mí era importante atravesarlo. Y lo atravesé con muchas ganas, pero también el hecho de que fuera autobiográfico y lo que cuento es mi crónica. Lo que yo quiero contar especialmente es el vínculo que tuve con Martín, con mi hermano y lo que representó para mí, obviamente es ahí donde están las dos cuestiones, lo de animarme a hacerlo. Porque me encantaba el desafío y lo de poner en la actriz, mi vida, mi crónica y mi relación con Martín.

—¿Por qué “Solo te lo quería decir”? Porque uno también escuchándote y habiendo atravesado también junto a ustedes todo el proceso de la enfermedad. Sabemos que vos le dijiste muchas cosas siempre, ¿por qué elegiste ese título?

—Porque esto especialmente, que son los poemas, la carta que yo le escribo, la crónica de mi vida, desde mi punto de vista, desde mi ángulo. Nunca se lo dije, nunca le llegue a leer los poemas que están trenzados en la crónica, lo que representaron esas canciones para mí luego de su partida. Entonces, como cuando Martín estaba entre nosotros, cuando él estaba vivo, yo todo se lo dije y todo lo que tuve que hacer con él, lo hice, no es que quedó algo pendiente entre nosotros. Pero ahora le quiero decir esto y no esperás respuesta, o solo quería desearle algo a alguien y Solo te lo quería decir es esto, es parar de arriba del escenario con algo que representa tanto para mí, como artísticamente. Porque de alguna manera también es el recorrido de lo que para mí fue lo artístico sola y que lo describo en dos palabras. Nuestros caminos se juntaron e hicimos canciones juntos ya con esas dos frases. Yo ya describí lo que fue para mí el recorrido artístico profesional, sola y luego a su lado. Y digamos que subirme al escenario a contarle a él, cómo fue mi vida con él y todo lo que yo sentía a partir de que supe de su enfermedad y luego de su partida también, que ya se acercaba su partida. Por eso que se llama Solo te lo quería decir, porque me subo a decírselo a él y a que quien venga a compartirlo conmigo, que escuche cómo fue vivir a su lado, lo que representó para mí el gran ejemplo que él fue y siento que también puede serlo para quienes estén ahí compartiendo conmigo esta obra.

—¿Cómo fue ir encontrándole la forma a la obra?

—Esa conformación de todos estos elementos que están arranca desde un impulso que yo tengo a raíz de estar una noche a punto de dormirme con la luz apagada y empezar a cantar mentalmente Confesiones de invierno, que era una canción que la cantábamos mucho y la escuchábamos mucho cuando éramos chicos Martín y yo. Y cuando mentalmente estoy cantando, de alguna manera siento como una revelación de que esa letra de esa canción de alguna manera representaba los últimos años de Martín. Como que contaba un poco lo que a él le había pasado a partir del diagnóstico de su enfermedad. Cuando yo encuentro eso dentro de esta canción inmediatamente el proceso mental me llevó a buscar las canciones nuestras, las que habíamos escrito juntos para nuestro público infantil y también especialmente Tu fiel compañía. Esta canción la podrías escribir ahora para él y, sin embargo, la escribiría hace 25 años y ahí empecé como a encadenar estas sensaciones que estuve con las canciones. Tuve el impulso de buscar los poemas que yo había escrito para él y que nunca se los había leído y a partir de imaginar que estas canciones y esos poemas se podrían transformar en una obra de teatro, es ahí donde le puse el marco de la carta y de la crónica. Porque entendí, de hecho, la de las primeras cosas que escribí, una de ellas es el título de la obra, que fue casi te diría lo primero, porque junto todo esto fue Solo te lo quiero decir, así fue como empecé a armarlo.

—Todo fue un proceso muy largo que te transformó a vos y que también te acercó, por ejemplo, al teatro, presentarte y contar la historia de los dos, ¿es algo que vos tenés ganas de seguir mostrando? Otras facetas, siempre te has reinventado, pero digo, ¿de ir por este lado?

—Sí, la verdad es que sí, sí me gustó siempre mucho ese camino, ¿no?, ese recorrido y acá es como que se junta un poco todo mi recorrido desde el comienzo a nivel artístico y laboral incluso. Esto de escribir para mí siempre fue lo que más me gusta, y juntar y poder expresarme escribiendo incluso en lo que es la poesía. Estuve un año estudiando y trabajando con Mariana Chami para elaborar, trabajar. A partir de la elaboración de cada uno de ellos y sabiendo en el contexto del relato en el que entrarían, bueno, para mí explorar ese camino de escritura es una hermosura. Quiero seguir formándome con Liliana Madera, otra genia, que también quiero estudiar y seguir escribiendo. A la vez esto me permite subirme al escenario y estar en ese espacio de la actriz que también lo amo. Y lo estoy dirigiendo con Agusta Bermúdez, que para mí es una gran directora, que además de ser una gran directora está comprometida desde un lugar tan sensible en este en esta obra en particular, que me mueve por todos lados trabajar con ella. Me mueve, me moviliza, me motiva, me inspira, me enseña, es como que se juntan todas las áreas. Trabajar con Gonzalo Córdoba, la música, para mí fue un regalo absoluto, porque lo admiro mucho como músico y entrar en esta historia con lo que es para él también, porque él también fue compañero Martín, lo quería mucho.

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