Cine de terror: un género del que se aprende sobre la marcha
Es quizás uno de los menos desarrollados y más criticados. Contra esto combate Hernán Moyano, un director platense que lo defiende a capa y espada
Seguramente, cuando se piensa en ver una película de terror, la última videoteca que se revisa es la argentina. Antes, aparecen títulos como La masacre de Texas, Psicosis, o La noche de los muertos vivos, entre varias otras. Por eso, conversamos con Hernán Moyano, uno de los mayores protectores locales del género, que desde los 16 años le dedica su vida, de alguna forma, a producir y dirigir cine.
Desde que transitaba su adolescencia y el hermano de un amigo lo invitó a una producción cinematográfica hasta la fecha, nunca le dio la espalda a su vocación, a pesar de la falta de incentivos. El cineasta decidió ir a fondo y compilar textos en un libro con voces autorizadas de ochenta realizadores de 14 países de América Latina. Así, nació el Manual de cine de género.
—¿Por qué decidiste realizar esta compilación?
—Cuando empecé tuve que aprender a los golpes. Lo que yo veía en la universidad difería de la realidad, por lo que siempre me preguntaba por qué no encontraba algún texto más claro que me ayudara a resolver las dudas. Por lo general, en los festivales charlábamos entre colegas aconsejándonos, para evitar las piñas.
—¿Qué podemos encontrar en el manual?
—Me propuse ordenar esas conversaciones con otros realizadores amigos, y así fue que dimos con este libro. Cada uno escribió un texto de manera práctica y directa para que los que están empezando lo puedan leer y les sirva. Por otra parte, estamos pensando en un segundo tomo basado en la distribución del material, que es más complicado y hay que echar luz en eso que es un misterio para muchos. Todavía no sabemos bien cómo hacerlo, estamos aprendiendo.
—¿Cómo fueron tus comienzos?
—Cuando yo empecé no había ni siquiera cámaras digitales. Los docentes nos decían que era una moda pasajera. El terror era mal visto y nos advertían que no se iba a poder hacer en la Argentina.
Y era así: todas mis películas se vendieron afuera. La primera, Habitaciones para turistas (2001/2004), estuvo en las salas de Estados
Unidos y acá no fue reconocida porque no pasó por el Instituto de Cine. Hasta Sudor frío (2011), no tuvimos críticas en los medios nacionales.
—¿Ahora en qué estás trabajando?
—Estoy escribiendo el guión de una película que se filmará en Bolivia, El camino de la muerte, y el de otra que se llama Bajo tus pies. Por otro lado, estoy pensando una historia en la que pueda actuar Eugenia Tobal, porque me dijo que se moría de ganas de hacer algo en este género. Vino a trabajar en un tráiler y tuvimos muy buena onda.
“La pantalla del domo es un desafío para seguir explorando”
Además de su vocación por el terror, Moyano está produciendo películas para la sala del Planetario de la ciudad. “Entendí que era el próximo paso del cine: una cúpula de 180 grados, con una sensación invasiva en la que no se ven los bordes y el cerebro codifica todo de otra manera”, dijo, y luego agregó: “Tuve que aprender todo de vuelta”.
Con esta lógica nació Belisario, la historia aeroespacial argentina pensada para el público infantil y protagonizada por un pequeño ratón astronauta.
Actualmente se encuentra produciendo el documental El camino eterno y sueña con hacer un filme de terror para proyectar en el domo.