entrevista exclusiva

Costa: “El teatro es un cheque al portador”

Radio, televisión y ahora teatro: la multifacética y talentosa artista disfruta de un presente en donde el reconocimiento popular la acompaña.

Costa presenta, de jueves a domingos en el Teatro Premier, Costa presidenta, un espectáculo en el que homenajea al music hall. Allí, acompañada por Los Macocos, Celeste Campos y Damián Bravo, recorre momentos de su vida con humor y alegría. En exclusiva, diario Hoy dialogó con la gran artista para saber más detalles del espectáculo y de su exitoso momento.

—¿Cómo te sentís con la obra ya estrenada?

—La gente la recibió la verdad muy bien, gracias también a opiniones de la gente y de los críticos. Hay cosas que hemos podido modificar, había cosas que no tenían un problema en sí de duración sino de ritmo, y ritmo no quiere decir velocidad, no quiere decir que digas el texto más rápido, entonces está muy bien. Hay un laburo de dirección de Robert Peloni que es muy bueno, somos 12 personas arriba del escenario laburando para que la gente la pase bien, y la verdad que lo estamos logrando, así que estamos muy contentos.

—¿Cómo llegaste al estreno?

—Es muy difícil, ahí es cuando me pregunto: ¿por qué no sigo haciendo el personal que hice toda la vida? En el que me fue bárbaro, claro. Mal no me iba, pero también hay que aceptar desafíos, porque si no la gente se cansa de escuchar lo mismo siempre, hay que darle a la gente lo que espera de vos, y de mí nunca la gente va a esperar que me quede quietita, siempre esperan, por suerte, que yo me mueva arriba, así que hay que estar a la altura del premio que te da la gente, ir a verte. El teatro es un cheque al portador, la gente viene a ver algo que no sabe qué es, qué va a ver, entonces, ¿cómo no vas a hacer un gran show? Tenés que hacerlo porque la gente se lo merece.

—¿Por qué elegiste el music hall? Porque vos ya venías con la experiencia del unipersonal, podrías haber sumado dos, tres canciones, algunos números y ya, pero acá apostaste a ir a lo grande, en escenario emblemático, también con compañeros muy talentosos…

—Aposté al music hall, porque era la mejor fórmula, en la que mejor podíamos mixturar el talento de todos. Yo quería trabajar con Los Macocos, pero no me veía haciendo una obra de texto como hicieron siempre ellos. Yo quería trabajar con Celeste Campos, que es la humorista del espectáculo, y cuál es el mejor lenguaje que podía tener Celeste: bueno, cantando y actuando. Quería un galán, entonces lo conseguimos a Damián, que es el violinista de la obra, y Damián baila, canta en vivo y toca el violín. El music hall fue, por decantación, la mejor manera de unir todos los talentos que íbamos teniendo, y cuando elegimos los bailarines, elegimos seis artistas que cantan y bailan en vivo. Entonces era la mejor manera. No me veía haciendo una canción en el principio y después una hora y media de texto.

Quería ponerle color y alegría. Y por suerte se logró, lo logró Robert como director, y el equipo de gente muy talentosa que tenemos laburando. Eso también es lindo para mí. Yo que siempre laburé sola, la última vez que a mí me dirigieron fue Jean Francois Casanova. Era un desafío para mí también salir de mi lugar de comodidad, porque no hay nada más incómodo que el unipersonal, donde todo pasa por vos. Acá yo tengo un equipo de gente, tengo un colchón donde digo, bueno, descanso. Tengo gente muy grosa.

—Y ahí hablabas un poco de salir de la zona de confort, pero ¿cómo hacés para organizar un día tuyo? Hacés muchísimas cosas, estás mucho tiempo al aire de radio, televisión, y ahora el teatro, ¿cómo te organizás?

—Tengo muy organizado todo, porque media hora que perdés, es media hora de sueño a lo mejor. Por ejemplo, anoche yo hice dos funciones en Rosario, a la 1 de la mañana subí al auto, a las 4.15 llegué a casa, dormí hasta las 5.10, me bañé y me fui a la radio. Y acá estoy, ¿eh? Entonces, media horita para mí es la gloria, y lo vivo con alegría, esto que te estoy contando. Estamos hablando de una persona a la que le pagan por hacer lo que le gusta. No hay lugar para la queja. Hay una anécdota vieja que cuenta que había una actriz y se encuentra con Pepito Cibrián en la Sociedad Argentina de Actores. Ella había protagonizado una novela, y Pepito le dice: ¿Cómo estás amor? ¿Qué vas a hacer en verano? Y ella dice: Verano, nada, descansar. Y Pepito la mira y le dice: Mirá a toda la gente que está ahí esperando, que eran los que iban a cobrar. Mirá a toda la gente descansada que hay ahí. Entonces, cuando te viene la ola de laburo, hay que agarrarla. Es muy inestable, bueno es como un autónomo, ¿no? O sea, somos trabajadores autónomos en definitiva. Claro, claro, claro.

—Ahí lo mencionabas a Pepe. Yo estuve el día del estreno; él te aplaudía parado. Fue el primero que se paró en la sala. ¿Cómo es para vos tener esos referentes viéndote ahora en la calle Corrientes?

—Un chico que fue a la obra con él me contó que cuando terminó el show Pepe le dijo: Teneme el teléfono porque voy a ser el primero que se pare a aplaudirla. Entonces, ¿cuándo yo en mi vida iba a pensar que una sala te iba a aplaudir de pie? Pero que además sea Pepe, es muy fuerte. Yo soy quien soy como artista porque Pepe a la gente de mi generación le dio todo, yo soy del 90, de Drácula. Drácula fue esa máquina de sueños donde se multiplicaron los estudios de teatro, de comedia musical, del sueño, del casting, donde Pepe armó una obra con desconocidos que llegaron a ser figuras estrellas de este país, era como lo anhelado, lo aspiracional que Pepe te mire.

María Elena Walsh, el folklore y lo popular

En Costa presidenta, Costa se nutre de todos sus gustos para homenajear a figuras como Enrique Pinti, María Elena Walsh y muchos más.

—Venís trabajando hace mucho tiempo y tenés un lugar y un espacio ganado y ahora lo estás cosechando, por decir de alguna manera…

—Gracias a los lugares populares que yo transito, como la radio, como la tele, que me escuchan todos los días. Yo formo parte de su cotidiano. Si vos me escuchás todos los días yendo a trabajar, no es que solo me escuchás a mí, escuchás el programa todos los días. Vos los estás acompañando a un laburo que no les gusta, con un sueldo que no les gusta, con un montón de cosas. Vos sos su conexión con la alegría, ¿cómo esta persona, a quien hiciste reír cuando iba un lugar que no quiere ir, no te va a amar? Te adora. Por eso hay una diferencia grande entre el público, entre los oyentes, entre los televidentes. El oyente de radio es el que a mí me conoce. Sabe quién soy, sabe mi historia, sabe de dónde vengo. Y después tenés la alegría del Instagram, de las redes sociales, donde tenés otro público y otro lenguaje. Y hay gente que dice, no es donde trabajás, pero me gustan los mensajes que das. Yo tengo, por ejemplo, un contenido web que se llama Costa la Contadora. Hay gente que no sabe mi nombre. Hay gente que dice, vos sos la que cuenta cuentos. Mis cuentos de Costa en la Contadora se pasan en los jardines de infantes, y pasan cosas para las que yo nunca voy a estar preparada. La Embajada de Canadá y la Embajada de Suecia me convocaron para que leyerá cuentos en la última Feria del libro.

—¡Qué lindo!

—Yo ya venía de otro mimo enorme que tuve en mi carrera. Por eso el final del espectáculo, de este Costa presidenta, son palabras de María Elena Walsh. Se hace una lectura de ella porque en la Feria del Libro, antes de la pandemia, me llamaron para participar de un evento con todos actores muy importantes, pero todos tenían actividades y todo el mundo se quería ir. Entonces, todos los que venían antes decían: ¿Te jode si lee este ahora o va este ante?, y yo aceptaba todo y terminé cerrando la lectura. Así que la curadora del evento me dijo: Quién mejor que vos, te lo mereces. Por eso cierro mi espectáculo con ella. También quise recuperar nuestra música, nuestros poetas, por eso se baila un pericón, porque yo me crié, y tan mal no me ha ido, cantando folklore y cantando tango entonces por eso quería recuperar un poco eso. Tampoco hay un espectáculo en este momento así, excepto la patriada de los chicos de Bien Argentino, o los Malevo, pero ahora en cartelera no hay un espectáculo popular en el mejor sentido para la gente.

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