entrevista
Cristina Banegas: “Siempre hice lo que quise”
La multifacética artista presenta nueva película mientras espera el estreno de la serie biográfica sobre Yiya Murano.
La llegada del hijo, de Valeria Pivato y Cecilia Atán, protagonizada por Maricel Álvarez y Angelo Mutti Spinetta, tiene a Cristina Banegas en un rol clave y con ella hablamos para saber más de su participación y su presente laboral.
—¿Cómo estás viviendo seguir trabajando dentro de todo este contexto tan complicado?
—En relación al teatro, yo siempre soy una parte fundadora de mis proyectos, entonces estoy con tres proyectos a la vez y los vengo trabajando desde todo este año y algunos desde el año pasado. Eso es así. Con respecto a la televisión participé en esta miniserie sobre Yiya Murano, de Flow y KZO haciendo Yiya de geriátrico, con una peluquita tremenda y me divertí mucho haciéndola. Me encanta hacer de mala. Y con respecto a esta película extraordinaria, porque creo que estamos ante una película de un valor estético, emocional, de una inteligencia, de una profundidad que no es habitual, digamos. Que no es habitual en el cine, ni en el teatro, ni en la televisión, digamos. Una superpelícula con dos directoras fantásticas. Fue un gran placer trabajar con ellas, con Maricel y con Angelo. Con un personaje más duro, difícil.
—Muy duro, muy duro.
—Esa madre, abuela es brava, realmente. Así que, bueno, es hermoso poder compartir todo esto así con tanto arte, ¿no? Hay que decir esa palabra tan sagrada, porque no es habitual, digamos. Así que, bueno, estoy muy contento de estar presente en esta película y formar parte de esta belleza, yo creo que estamos en esta construcción de ficción. Los actores, actrices, digamos, muy comprometidos en cómo narrar, en cómo traducir esta profundidad, estos seres, estos conflictos, estas personalidades tan complejas, y creo que es un honor haber podido hacerlo con estas dos mujeres fantásticas que son Valeria y Cecilia, y con Maricel y con Angelo, que son nuestros obreros.
—¿Y cómo fue el encuentro con ellos? ¿Trabajaron previamente?
—Sí, y además, es un encuentro muy cercano, porque compartimos la mirada y la relación con ese mundo, con esos seres, con esos personajes, con esos conflictos, tan difíciles de expresar también, de traducir, así que es un honor, un verdadero honor haber trabajado en esta película.
—¿Cómo elegís un poco los roles? Porque ahí me decías, por ejemplo, es lindo a veces hacer de villana. ¿Cómo vas eligiendo?
—Voy eligiendo de acuerdo a lo que, digamos, siempre me manejé con mucha libertad, con mucha independencia, de los mercados, para llamarlo así genéricamente. Me siento muy feliz de poder tener esta libertad, de ser dueña de esta relación con el trabajo y con los proyectos. Siempre hice lo que quise. Tengo 77 años y siempre hice lo que quise. A veces me equivoqué, hice cosas que no estaban tan buenas y a veces hice cosas que estaban buenísimas y sigo haciéndolas y seguiré haciéndolas mientras pueda, obviamente, mientras me dé el cuero.
—En teatro muchas veces generás los proyectos. ¿Qué encontrás en el teatro que por ahí en otros soportes no?
—Y en el teatro, soy una actriz muy relacionada con lo que es el mundo del teatro independiente, entonces, estoy en proyectos, por ejemplo, que son tres proyectos generados por mí, digamos, no solo por mí y otros, tanto Molly Bloom, de James Joyce, como el proyecto Quevedo, que es una performance sobre una mesa de cristal de 2 metros 60 con sonetos y poemas satíricos de Quevedo, y una chelista, y bueno, como una instalación en donde hacemos La bala de plata, donde hacemos la correspondencia de Perón y John William Cook, y somos dos mujeres, y yo hago de Perón. Y bueno, son también osados y audaces, y me gusta eso.
—Y no quedarte en la zona de confort...
—Me gusta estar en problemas. Porque uno tiene que buscar cómo resolverlo, y eso también a uno lo mantiene activo. Y tiene que ver profundamente con la creatividad. Entonces es un gran desafío, por supuesto.
